La región de Michoacán, situada en el occidente de México y conocida mundialmente por su producción de aguacates, está enfrentando una crisis ambiental. Nacho Simón, un ingeniero agrónomo de Michoacán, expresó en una entrevista con EFE su preocupación por la sobreexplotación de la tierra debido al crecimiento desmesurado de los cultivos de aguacate, impulsado por la alta demanda de Estados Unidos.
Solo para la reciente edición del Super Bowl LVIII, un evento deportivo de gran relevancia en la liga de fútbol americano NFL en el que no puede faltar el guacamole en la mesa de los estadounidenses, se estima que se enviaron alrededor de 110.000 toneladas de aguacates desde México.
Sin embargo, este aumento en la producción ha tenido consecuencias devastadoras para el paisaje de Michoacán. Lo que antes eran densos bosques de pinos ahora se han convertido en interminables plantaciones de aguacate, y muchos lagos han disminuido considerablemente en tamaño o incluso se han secado por completo.
Tanto agricultores como expertos advierten que la tierra michoacana está sufriendo por la expansión excesiva de los cultivos, especialmente debido a la práctica del monocultivo y la deforestación de bosques. Esta situación se ve exacerbada por la presión para cumplir con los estándares de exportación de Estados Unidos, que han llevado a la eliminación de otros cultivos como cítricos y duraznos en favor del aguacate.
Simón, desde su empresa Gaia, que promueve la agricultura orgánica, señala que la apertura del mercado estadounidense ha contribuido a la transformación del paisaje, con anterioridad repleto de bosques, ahora dominado por plantaciones de aguacate.
Fuente: eleconomista.net