La escalada en los costes de producción y los escasos márgenes de beneficios han llevado a los agricultores de l’Horta a buscar alternativas más rentables. Como explican desde AVA-Asaja, en la comarca ha habido una gran transformación de los cultivos en los últimos años. “Cada vez hay menos producción de cítricos, de hortalizas y de todos. La chufa ha sido el salvavidas de la huerta valenciana y es de las pocas que se mantiene”.
En cuanto a los cítricos, mientras hace cinco años, 40 de los 43 municipios de la comarca contaban con campos de cítricos y la superficie ascendía a las 12.917 hectáreas, la cifra ha caído en 1.563 hectáreas, hasta las 11.354 que había registradas al cierre del último año.
Por municipios, Picassent, Torrent y el Puig concentran la producción. Lo hacían hace cinco años y lo siguen haciendo ahora, aunque con cifras muy diferentes. En el primero llegó a haber 3.965 hectáreas de campos de naranjos y otros cítricos en 2017 frente a las 3.316 del último año, mientras que la capital de l’Horta Sud ha perdido 146 hectáreas pasando de 2.160 a 2.014. Por su parte, el Puig se conforma con 1.013 ha frente a las 1.145 de 2017.
También ha sido muy pronunciado el descenso del cultivo de hortalizas en l’Horta, que ha pasado de 2.893 hectáreas hace 5 años a las 2.351 actuales. A este respecto, la cebolla (388 frente a 701) y la alcachofa (231 frente a 361) son las que más terrenos han perdido. Por su parte, los campos de patatas también han experimentado un leve decrecimiento, pasando de 541 a 523 hectáreas.
“Los agricultores de esta zona se están decantando por productos que se han puesto de moda y que, por lo tanto, tienen mucha más demanda”, cuentan fuentes de la Unió Llauradora, que especifican que el cambio se está sintiendo especialmente en la parte sur, donde se están cambiando los campos de hortalizas por los de kiwi, kaki o aguacate.
Estos cultivos ofrecen una mayor rentabilidad y requieren menos inversión en términos de agua y tratamientos fitosanitarios. Además, el tiempo para recuperar la inversión es mucho más corto en comparación con los cítricos tradicionales, lo que los hace más atractivos para los agricultores.
Así, los agricultores de l'Horta están adaptando sus prácticas para sobrevivir en un entorno económico cada vez más desafiante, optando por cultivos que ofrecen una mayor rentabilidad y una recuperación más rápida de la inversión. Esta transformación es un reflejo de la necesidad de reinventarse constantemente para mantenerse a flote en el cambiante panorama agrícola.
Fuente: levante-emv.com