La actual campaña de limón en la provincia de Alicante está siendo catalogada como la más desastrosa que recuerdan agricultores y asociaciones agrarias, debido a la baja demanda y los ínfimos precios, llegando a cotizar a unos 10 céntimos el kilo, si los pagan, pues muchos agricultores no han vendido nada en absoluto. La variedad Fino, predominante en Alicante, que produce el 40% del limón nacional, está finalizando con resultados muy negativos y no se prevén mejores perspectivas para la variedad Verna.
Se estima que 300.000 toneladas de limón, el 30% de la producción total de la provincia, quedarán sin recoger. Este fenómeno, inédito hasta la fecha, es el resultado de los bajos precios, condiciones meteorológicas adversas y la competencia de frutas importadas. A pesar de un inicio prometedor de la campaña del limón Fino, impulsado por problemas fitosanitarios en limones argentinos y sudafricanos, el mercado se estancó a finales de octubre, desplomándose los precios después de Navidad.
La industria de zumos y aceites esenciales ha estado adquiriendo fruta de menor calidad a precios incluso inferiores a los costos de recolección y transporte, lo que ha llevado a agricultores como Ginés Perales, de Vistabella en Jacarilla, a considerar el arranque de sus limoneros ante la pérdida de toda su producción estimada en 200.000 kilos. "Dejaré de ganar entre 70.000 y 80.000 euros", lamenta. La situación es especialmente crítica en la Vega Baja, principal zona productora de limón, donde la rentabilidad ha llegado a ser nula.
José Pacheco, quien administra una explotación de 30 hectáreas en Torremendo, enfrenta la pérdida total de su producción, estimada entre 800.000 kilos y 1 millón de kilos. "Encima, nos costará unos 20.000 euros el contratar a jornaleros para recoger todo el limón que está por los suelos, es una ruina", se queja. La sobreoferta de cítricos debido a la entrada de fruta de Egipto y Turquía, que han redirigido sus exportaciones hacia Europa por el conflicto en el mar Rojo, ha agravado la situación, que ha llevado a un abandono anticipado de la cosecha.
El presidente de Asaja en Alicante, José Vicente Andreu, señala que a los retos de la mano de obra y el alto precio del agua, se suman las condiciones meteorológicas y geopolíticas que afectan al mercado europeo, lo que permite la entrada de más cítricos extranjeros y mina la rentabilidad de los agricultores locales. Esta situación no solo afecta al limón, sino también a la campaña de la naranja, que ha visto reducir sus precios a la mitad tras la entrada de la naranja egipcia.
Fuente: informacion.es