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“Ya se ven, de manera silenciosa pero imparable, fondos interesados en aprovecharse de esta crisis en el sector del limón”

La campaña del limón Fino llega a su final en Alicante dejando un impacto que, una vez más, golpea con mayor fuerza a los productores. Y es que, según los precios publicados por la Generalitat Valenciana, desde principios de año el kilo de limón Fino se ha pagado en árbol de media por debajo de los 20 céntimos; en la semana 14 incluso ha llegado a una media de 8 céntimos por kilo. Mientras tanto, como contraste a considerar, y siempre teniendo en cuenta los precios aportados por la Administración valenciana, a la salida de almacén, el precio medio ha superado todas las semanas en este 2024, excepto una, el promedio de las últimas cinco campañas; en estos momentos, de hecho, se mantiene un 3,3% por encima del promedio, rozando los 83 céntimos por kilo.

"Para los agricultores es una ruina absoluta", remarca el agricultor de limón alicantino José Vicente Andreu. "Con unos costes que, dependiendo de la finca, de las dimensiones y de la mecanización, están entre 30 y 35 céntimos por kilo, por lo que quizá podríamos aguantar un año, pero no mucho más".

"La campaña ha estado marcada por una gran producción y por las condiciones meteorológicas: la falta de lluvia y los daños que produjeron las cinco granizadas excepcionales que cayeron en el sur de Alicante, que dañaron el 32% de las parcelas aseguradas, y que condicionaron mucho los resultados", explica. "No obstante, empezó bien, con una fuerte demanda de limón español, porque Argentina y Sudáfrica se retiraron de forma prematura por problemas fitosanitarios y de falta de calidad, y España comenzó un mes antes".

"Fue positiva hasta mitad de noviembre, pero desde entonces ha habido un exceso de oferta y una reducción del consumo que hemos notado porque, a pesar de una cosecha con mayor cantidad, el nivel de exportaciones ha sido inferior. Comparándola con la campaña 2021/22, que fue similar a la de este año, este año hemos perdido cuota de exportación, y también de consumo".

"Las sucesivas crisis en Europa, la inflación y la pérdida de la capacidad adquisitiva de los consumidores han hecho que, a pesar de que estemos sufriendo una crisis horrible de precios en origen, los precios finales hagan que el limón siga siendo un producto caro para el consumidor europeo", indica el agricultor. De hecho, consultando la web de uno de los principales supermercados de Alemania, se pueden ver limones ecológicos a 99 céntimos la unidad, y convencionales a 89 céntimos.

Por otro lado, la industria de procesamiento del limón es un cliente tradicional del sector, pero este año, "de cosecha récord, se va a procesar menos", señala. "No podemos comparar cifras con la campaña 2022/23, en la que la producción cayó notablemente, sino con la 2021/22, en la que tuvimos una cosecha similar a la de este año. Se estima que estamos en un 15% menos de volumen procesado que hace dos campañas; una noticia nefasta porque este debía haber sido un año en el que la industria debía haber batido récords. Según parece, la bajada del consumo de la industria del refresco podría ser una de las causas de la caída de la demanda de ácido cítrico y concentrados de limón".

En este sentido, José Vicente explica que la industria cítrica ha llevado a cabo prácticas desleales expresamente prohibidas por la Ley de la Cadena Alimentaria, que establece que "cada operador deberá pagar al operador inmediatamente anterior un precio igual o superior al coste efectivo de producción".

"El sector, con una media de edad de casi 65 años, se ha quedado descapitalizado"
Desde las organizaciones agrarias españolas se ha estimado que entre 300.000 y 400.000 toneladas de limón se podrían quedar sin recoger entre Alicante y Murcia, sumando pérdidas millonarias no solo teniendo en cuenta lo que se podría haber ganado, sino lo que los agricultores que han realizado las inversiones económicas necesarias para cultivar, habrían perdido de manera directa.

"La edad media de los agricultores en la Comunidad Valenciana roza los 65 años. Esto quiere decir que hay pocos jóvenes y muchos agricultores que ejercen la actividad estando jubilados, es decir, que ponen el dinero de su pensión para seguir cultivando sus parcelas".

"Estamos en un límite y necesitamos que la Administración se ponga de frente ante este grave problema. El sector se ha quedado descapitalizado, en todas las parcelas se puede comprobar el creciente abandono, y diría que tenemos margen de juego para una sola campaña más".

"Paralelamente, en toda la Comunidad Valenciana está habiendo una operación de concentración de la tierra, silenciosa pero imparable, en manos de grandes fondos de inversión. Como ejemplo, en la comunidad de regantes de Orihuela, de la que soy secretario, en 2006 había 192 regantes, y hoy en día, en la misma superficie, solo quedan 130; y este año ya se está viendo que hay interesados en aprovechar la crisis en el sector del limón para hacer nuevas operaciones de compra".

Para más información:
José Vicente
Tel.: 619 31 74 15
email: jvagronomo@gmail.com