Los primeros tres meses del año han registrado una notable disminución en los envíos de manzanas y peras destinadas a la industria, según un informe del Servicio Nacional de Sanidad y Calidad Agroalimentaria (SENASA). Las manzanas experimentaron un descenso del 60% interanual y del 50% en comparación con el promedio de las últimas cinco temporadas, alcanzando las 28.161 toneladas. Por su parte, los envíos de peras a la industria disminuyeron un 43% respecto al mismo período del año anterior y un 30% en relación al promedio quinquenal, sumando un total de 78.716 toneladas.
Esta tendencia a la baja en ambos frutos se anticipa que no será tan drástica al final de la temporada, situándose en un mínimo del 25% comparado con el 2023, según declaraciones de un empresario del sector a +P. La disminución en la cosecha, atribuida a un menor volumen pero una mejor calidad de fruta recolectada, ha impactado negativamente en la industria. Además, se menciona que la temporada 2023 había alcanzado máximos históricos en fruta destinada a la industria de concentrados, lo que hace que la caída actual parezca aún más pronunciada.
Además, la industria enfrenta desafíos debido al retraso cambiario, lo cual afecta su competitividad. La devaluación del dólar oficial ha sido mínima en comparación con una inflación de dos dígitos, lo que resulta en costos crecientes que no pueden ser compensados con aumentos de precios en los mercados externos. Según ejecutivos del sector, esta situación está generando una alarmante escalada de costos en dólares y marca un escenario insostenible para la industria.
Fuente: masp.lmneuquen.com / federcitrus.org