Tamar de Graaff es la propietaria de Boca Doce Trading, intermediario entre los productores de Brasil y los importadores de Europa. Es israelí, pero ha vivido muchos años en Brasil y se mudó a Países Bajos hace ocho años. Después de trabajar para una compañía holandesa de frutas y hortalizas frescas, decidió fundar su propio negocio. "Es una compañía holandesa, pero trabajo con importadores de toda Europa. Mi trabajo consiste en encontrar buenos productores en Brasil de los cuales importar al mercado europeo. Brasil es un país enorme y, para importar, hay que lidiar con la diferencia horaria, con la barrera del idioma y con las diferencias culturales, que lo dificultan todo. Yo organizo los contactos y ayudo en todos los procesos diarios como los precios, la calidad y la logística", explica De Graaff.
Boca Doce Trading se centra sobre todo en los mangos y limas de Brasil. Según De Graaff, estos productos son muy interesantes y tienen mercados variables. "Desde junio hasta septiembre, llegan menos volúmenes de limas desde Brasil porque allí es invierno. Es una lástima, porque esta es la temporada en la que se consumen más limas en Europa, por ejemplo, en los cócteles. Es cuando los precios aumentan muchísimo, ya que hay menos volúmenes y algunos problemas de calidad. Después de septiembre, la temporada continúa y los mayores volúmenes se exportan desde noviembre hasta marzo; sin embargo, el consumo en Europa baja en este punto. Los precios son normales, entre 4 y 6 euros. Comparados con los 16 € de estas semanas, ilustran la locura del mercado ahora mismo. Hasta utilizamos mucho el transporte aéreo, ya que los volúmenes por barco no bastan. Sin embargo, el mercado va a volver a cambiar en algún momento y tenemos que tener cuidado cuando ocurra. Si no, se puede perder mucho dinero".
Las condiciones meteorológicas también son un gran factor que influye en las exportaciones y la producción de Brasil. De Graaff explica que es distinto para cada producto. "Trabajo con productores de limas del sudeste de Brasil, cerca de São Paulo. El problema es la irregularidad de las lluvias. Tenemos periodos de exceso de lluvia y periodos de ausencia de lluvia, lo que afecta mucho a la producción de limas; por ejemplo, las limas pueden mostrar todo tipo de daños en la cáscara, tener menos jugo por la falta de agua o caer de los árboles más temprano, antes de estar maduras para la cosecha. Son todo ejemplos de cómo la irregularidad de las lluvias dificulta la producción de limas".
A continuación, están los mangos, que sufren incluso más por las condiciones meteorológicas, según De Graaff. "Es un problema enorme para los mangos que proceden de la zona de Petrolina. Necesitamos lluvia en la región de Minas Gerais para que se llene el río que abastece de agua la producción de mangos del noreste de Brasil. El año pasado, los largos periodos de falta de lluvia provocaron una escasez de agua, ¡y la reserva nacional de agua disminuyó al 2%! Tiene que llover en el centro del país, porque el agua se encauza del río a la reserva. Por suerte, en enero, tuvimos mucha lluvia y todos los productores recibieron una actualización semanal sobre el estado de la reserva.
"Hay muchas variedades diferentes de mangos en Brasil; trabajamos con la Tommy Atkins, que está disponible todo el año", añade De Graaff. "Esta variedad es muy demandada en varios países por su precioso color rojo externo; sin embargo, en este momento, la calidad no es suficiente y los costes son bastante elevados, lo que ha provocado volúmenes de exportación de mangos muy bajos estos últimos dos meses. Esperamos poder aumentar de nuevo los volúmenes en junio. Es un buen periodo para los mangos brasileños, porque África no posee esta variedad e Israel todavía no ha comenzado. Además, los mangos brasileños tienen muy buen color. Las variedades sin fibras como la Kent, la Keitt y la Palmer también son muy demandadas y apetecibles. Cada día, los consumidores demandan más de estas variedades por su sabor y su textura, pero no están disponibles todo el año. La Kent, por ejemplo, solo puede cosecharse entre octubre y diciembre, pero los productores trabajan en conseguir la Keitt y la Palmer durante más tiempo al año".
De Graaff concluye: "La situación del agua parece mejor este año. Sin embargo, todavía tenemos otros factores que influyen en nuestras actividades diarias. Por ejemplo, la situación política puede afectar a la estabilidad de la divisa. Todos nuestros costes son en reales y las exportaciones se gestionan en euros. Creo que, cuando la situación política se calme, la divisa estará más estable y los exportadores podrán planificar mejor sus ventas según sus costes locales".
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