Hasta estas alturas de la campaña, los precios de las clementinas están siendo muy razonables por la escasez relativa que ha habido de producto, debido, en parte, al retraso en la maduración por el calor. Llegado el mes de noviembre, la situación empieza a cambiar, ya que, además de entrar las primeras naranjas, comienzan a aumentar considerablemente los volúmenes de mandarina y clementina, que buscarán una salida rápida al mercado.

Bajada de Precios en los lineales de un supermercado Mercadona, en Valencia.
Dada esta coyuntura, la cadena de supermercados alemana Lidl lanzó en los Países Bajos la semana pasada atractivas ofertas por las clementinas, 0,69 euros el kilo, algo que ya denunció tanto la Unió de Llauradors como la Asociación Valenciana de Agricultores (AVA-ASAJA), quien revela que adquirir un kilo de fruta en el campo de Valencia o Andalucía y colocarla en los lineales de venta en los Países Bajos cuesta en torno a los 1,08 euros; por tanto, se trata de un precio un 23% por debajo de su coste o lo que llamaríamos “a pérdidas”, una práctica ilegal en países como Alemania.
En pocos días se ha visto la respuesta en los lineales de la cadena valenciana Mercadona, en su cada vez más famosa Bajada de Precios que la firma hace efectiva a partir de cierta hora de la tarde, donde se han podido encontrar precios de 0,19 y 0,20 euros el kilo de naranjas y 0,65 euros el kilo de mandarinas en distintos supermercados de Valencia y Castellón, en la Comunidad Valenciana.
Y es que, según la estrategia de Mercadona, el cítrico debe liquidarse antes de tres días después de su puesta en el punto de venta, tras lo que procede a deshacerse del producto literalmente si no se ha podido vender la mercancía.

Bajada de Precios en los lineales de un supermercado Mercadona, en Castellón.
En función de las variedades, el coste por producir un kilo de naranjas y mandarinas en España, según datos consultados en el Instituto Valenciano de Investigaciones Agrarias (IVIA), oscila entre los 0,19 y los 0,24 euros, por lo que, nuevamente, se revientan los precios.
Además, esta estrategia de Mercadona de bajar los precios en las últimas horas de la tarde podría resultar un arma de doble filo, ya que, según coinciden varios expertos del sector, "puede cambiar los hábitos de compra en los consumidores, que preferirían hacer las compras a estas horas y a estos precios".
De acuerdo con AVA ASAJA, “el hecho de que Mercadona y Alcampo se unan a esta guerra de precios nos lleva a la lectura de una estrategia perversa cuyo objetivo persigue no solo atraer a más clientes utilizando el cítrico español como producto reclamo, sino hundir el mercado”.
Y añaden que lo que “Lidl empezó viene a ser como una ficha de dominó que tiene un efecto obvio de contagio sobre toda la cadena, que sacrifica y condena a su último eslabón, el productor, a regalar la fruta”.