En las últimas semanas, la exportación ha sido el tema dominante en el sector de los cítricos italianos, lo que se debe a la atención de los medios a la naranja roja y al inicio de las relaciones comerciales operativas con la República Popular de China. De hecho, recientemente se han enviado a China (todavía en tránsito) algunos contenedores de naranjas sicilianas, a los cuales podrían seguirles otros envíos, también por vía aérea, gracias a la aprobación bilateral de los protocolos fitosanitarios.
Pero, aunque todo parece ir bien con China, no va tan bien con otros destinos. Alessandro Barbera, administrador de la empresa con el mismo nombre, habla sobre la situación de la producción y comercialización de frutas y hortalizas.
"En la comercialización en ultramar, las mayores dificultades se encuentran en la aplicación de protocolos fitosanitarios a algunos países terceros. Un caso particularmente significativo es el del protocolo sobre la exportación de naranjas rojas (las variedades Tarocco, Moro y Sanguinello) a Japón".
"Las naranjas rojas producidas en Sicilia son la única fruta fresca exportable al país del sol naciente. Sin embargo, el protocolo de exportación requiere la presencia de un inspector local en Japón, que verifique el trabajo de los inspectores fitosanitarios italianos. La visita del inspector fitosanitario japonés es siempre obligatoria y los costes relacionados (viaje y alojamiento) corren a cargo del país exportador y, por lo tanto, en este caso específico, de nuestros operadores", continúa Barbera.
En la imagen, Yoshinori Ishikawa, gerente de una empresa japonesa dedicada al comercio internacional de frutas y hortalizas. Lo conocimos durante la edición de Fruit Logistica 2019, y nos comunicó el interés de los consumidores japoneses por la naranja roja siciliana.
"Esta situación dificulta llevar a cabo el procedimiento de exportación, pues conlleva una gran carga de costes. Por el contrario, muchos otros países fuera de Europa, como China, confían los controles y las inspecciones fitosanitarias a los funcionarios italianos, que llevan a cabo con la máxima profesionalidad todos los controles necesarios, asegurando el cumplimiento de las regulaciones de los países importadores y ayudando a las empresas que operan en los mercados internacionales”, agrega el exportador.
"Hemos pedido a las instituciones italianas Mipaaft, ICE y Sicilia, que asuman la tarea de establecer un debate con las autoridades japonesas, con el objetivo de encontrar una solución a las dificultades ilustradas. Estamos convencidos de que los consumidores japoneses apreciarán poder probar nuestras excelentes naranjas rojas", concluye Barbera.