Por el momento, la campaña citrícola italiana está avanzando como estaba previsto. No obstante, en ocasiones, habría que dar algunos elementos menos por sentado. Angelo Migliorisi (abajo en la foto), productor y experto, habla sobre la situación actual.
El valor del patrimonio
"La citricultura es hoy en día un importante patrimonio ambiental, paisajístico y cultural que puede relanzar la agricultura y, más en general, la economía de una parte considerable del territorio nacional. Este patrimonio debe ser protegido y promovido no solo por evidentes motivos socioeconómicos, sino también para conservar los paisajes tradicionales. La citricultura italiana es una producción de excelencia debido a la alta calidad de sus productos, tanto en términos organolépticos como nutricionales. Existen cerca de 60.000 empresas que producen 2,8 millones de toneladas, de los cuales 1,6 son naranjas (casi el 60% de todo el sector citrícola, valorado en alrededor de 1 millón de euros".
"Se trata de cifras significativas que también incluyen algunas marcas. La producción italiana ofrece una calidad elevada con unas características específicas ligadas a los territorios. Pensemos en las naranjas sanguinas del Etna, los limones Femminello de Siracusa o las mandarinas tardías de Ciaculli. Sin olvidar que los cítricos sicilianos son siempre un buen producto gracias a que son saludables y nutritivos".
Foco en la innovación en técnicas de cultivo
"Los consumidores están cada vez más interesados en los problemas medioambientales. Esto ha determinado el nacimiento de empresas que van más allá del cultivo ecológico y que están adoptando técnicas culturales para conservar y fortalecer la fertilidad natural mediante el uso de microorganismos probióticos que actúan de acuerdo con un principio de dominancia. No cabe duda de que la producción será menor, pero el valor añadido será mayor. De esta manera, las empresas pueden pensar en introducirse en un mercado de nicho. Sería conveniente que las políticas agrícolas estuvieran más interesadas en estas empresas y certificaran su calidad superior".
"Desafortunadamente, también tenemos que hacer frente a las dificultades de exportar a mercados extranjeros. Si bien parece que la UE está poniendo algunos límites a la entrada de productos, resulta muy difícil vender en el extranjero. En 2019 se abrió el mercado chino, pero no somos los únicos que exportamos allí y no tenemos los mismos volúmenes que España".
Control de fitopatías en los puntos de entrada
"El SFR (servicio fitosanitario) de Sicilia está haciendo un excelente trabajo, pero las leyes permisivas podrían anular estos esfuerzos. El sector citrícola italiano debe exigir una mayor atención a los políticos para evitar enfermedades como la mancha negra, lo que supondría la desaparición de todo un sector productivo y, con ello, la crisis de miles de familias".