En un escenario global donde la oferta de frutas, de diferentes orígenes, es alta y donde la exigencia de un producto sano es altísima, existe la necesidad de abordar los cultivos con nuevas tecnologías. En los últimos diez años, el uso de cubiertas para proteger la fruta ha aumentado mucho, mejorando su calidad y garantizando el flujo continuo de suministro.
Arándanos bajo cubiertas
Serroplast, una empresa italiana con más de 35 años de experiencia en la fabricación, comercialización y construcción de estructuras llave en mano para la protección de viñedos y huertos frutales, también produce cubiertas a medida para el cultivo de berries como arándanos, moras y frambuesas.
En los últimos años, la empresa ha empezado a construir estructuras fabricadas íntegramente en hierro, por tanto 100% reciclables y medioambientalmente sostenibles. La estructura sustituye los clásicos pilares de hormigón por el innovador sistema de vigas de hierro, que garantiza, además de una total reciclabilidad, la estabilidad y la robustez de toda la estructura, reduciendo los costes de mantenimiento a largo plazo.
Para la realización de estas innovadoras estructuras, Serroplast ha diseñado también máquinas que ayudan a ahorrar mano de obra, reduciendo de tal manera los costos del proyecto llave en mano.
Giuseppe Borracci en una de nuestras fotos de archivo
“El nuevo concepto de la estructura permite explotar toda la superficie cultivable, aprovechando todos los rincones, al contrario de las estructuras tradicionales. Gracias a la nueva estructura a medida en combinación con las cubiertas plásticas, el desarrollo de la planta mejora mucho”, dice Giuseppe Borracci, responsable del diseño de las estructuras para berries.
“La luminosidad adecuada, gracias al uso de películas plásticas específicas, la optimización de la temperatura, la reducción de la humedad relativa, la ventilación constante y la protección contra las adversidades atmosféricas como lluvia, granizo y viento mejoran la calidad de la producción. Además, la alta resistencia mecánica de nuestras películas plásticas nos permite instalar una sola lámina, en lugar de dos, proporcionando un ahorro de costes, facilidad en la instalación y una perfecta estanqueidad en la parte superior de la estructura”, añade Borracci.
“La nueva estructura presentará numerosas ventajas para los productores. De hecho, esta tecnología ayudará a reducir el uso de pesticidas, ya que el microclima que se crea reduce los picos de temperatura, los altos porcentajes de humedad y ayuda a uniformar la intensidad de la luz. Esta nueva tecnología brinda al agricultor la posibilidad de ampliar el período de cosecha, aprovechar mejor la ventana de comercialización y aumentar los beneficios", subraya Borracci.
“Los films plásticos, gracias a su capacidad para gestionar la temperatura y la luz, garantizan un tamaño adecuado del fruto, difícil de alcanzar con otras tecnologías. Este resultado supone otra ventaja para el agricultor, ya que reduce las horas dedicadas a la cosecha y aumenta la productividad de la planta”, concluye el experto.
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