En el Metapontino, provincia de Matera, se acaba de terminar una plantación de fresas sin suelo de última generación. “En cada campaña de fresa, uno de los principales retos a afrontar es la falta de mano de obra para la cosecha. Cada vez es más difícil encontrar trabajadores dispuestos a trabajar agachados durante mucho tiempo. La idea de cultivar fresas sin suelo surge de la necesidad de facilitar el trabajo durante la fase de recolección de la fruta”, dice Tonino Ferrara, de FeVi Frutta, una empresa italiana que comercializa varias toneladas de fresas al año.
“Las nuevas instalaciones y la siembra de los 66.000 plantones se terminaron el pasado fin de semana. Solo falta la cubierta, que se colocará en los próximos días. Se trata de un ambicioso proyecto de alrededor de una hectárea con el cultivo de la variedad Candonga-Sabrosa, que representa el 90% del total, y las variedades Rossetta y Marisol, correspondientes al 10% restante. La inversión ha sido de unos 150.000 euros, que incluye un innovador sistema de gestión remota del riego y fertirrigación, que permite tener los datos sobre el cultivo siempre a mano".
“Este tipo de plantación, además de proporcionar una mayor uniformidad de las plantas y aumentar la producción respecto al método tradicional, también reducirá los problemas fitopatológicos. Además, con esta técnica de cultivo, las fresas, colocadas a distancia del suelo, no se dañan durante la recolección, reduciendo así también el desperdicio de fruta”.