Un brote de mildiu propiciado por la alta humedad y las bajas temperaturas dejadas a su paso por la borrasca Filomena ha afectado al 30% de la producción de tomates en el municipio grancanario de La Aldea de San Nicolás, donde se concentra la mayor parte de la producción en el Archipiélago que se destina a la exportación. El seguro no cubre las pérdidas y más de una veintena de agricultores temen no poder hacer frente siquiera a los costes de producción para la siguiente campaña y solo podrán subsistir con ayudas del Gobierno de Canarias. Esto supone, además, otra estocada a una campaña ya de por sí mermada para poder colocar el producto en los mercados europeos golpeados por la pandemia.
En la zafra de 2019-2020 se exportaron 33.445,8 toneladas de tomates desde Gran Canaria, 7.885 toneladas menos respecto a la campaña anterior, según la Federación Provincial de Asociaciones de Exportadores de Productos Hortofrutícolas de Las Palmas (Fedex). El final de dicha zafra –que comienza en el mes de junio con la siembra de semillas, continúa en octubre con las primeras recogidas y exportaciones y acaba en mayo– coincidió con el inicio de la pandemia y las restricciones impuestas, que dificultaron la comercialización de los tomates. “Competimos con Marruecos y (en los mercados emisores) no se consume tanto tomate como antes; en ocasiones, solo se ha podido vender a grandes superficies, lo que nos afecta directamente”, explica Juan José Del Pino, presidente de la Cooperativa Agrícola de San Nicolás (Coagrisan). Y es que situar un kilo de tomates de Canarias en países europeos supera los 0,90 euros el kilo, según un estudio de costes de producción de la Universidad de La Laguna, mientras que en Marruecos la cifra desciende hasta los 0,70 céntimos el kilo.
En diciembre de 2020, la Unión Europea aprobó la modificación del Posei, que incluyó incrementar la ayuda por hectárea en producción de 15.000 a 24.000 euros a partir de 2021. Con estos fondos, se garantizaría la continuidad de la actividad; sin embargo, los productores canarios no podrán empezar a percibir la cantidad hasta 2022 porque entró en vigor el 1 de enero de este año y se aplica previa justificación de la campaña anterior.
Por ello, desde el sector reclaman al Gobierno de Canarias que contemple ayudas que permitan a los productores canarios de tomate de exportación poder cubrir los costes de la campaña actual y que puedan llegar a la siguiente. A tal fin, Fedex explica que esperarán hasta finales de enero para presentar los datos trimestrales del cultivo en las Islas que puedan justificar las ayudas y compensar las pérdidas por la plaga de la mancha negra.
Francisco Llarena, agricultor afectado por mildiu
Fuente: eldiario.es