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Ton de Leeuw, de AGF Fresh (Países Bajos):

"Sigo convencido de que Marruecos es el país del futuro para el cultivo de la batata"

Antes del estallido de la pandemia de coronavirus, el holandés Ton de Leeuw realizó una investigación sobre el cultivo de batatas. "En parte debido a la pandemia, mi proyecto se ha estancado y he perdido lo poco que había construido en Marruecos, aunque eso no significa que me haya quedado de brazos cruzados en los dos últimos años. He estado ampliando mi red de contactos, que se ha vuelto mucho más interesante. He estado en contacto con varias empresas y organizaciones interesadas en información o una posible cooperación. Aunque, por diversas razones, al final no se ha establecido ninguna colaboración".

"He tenido mucho tiempo para pensar sobre las posibilidades del cultivo de batatas en Marruecos. Todavía estoy convencido de que Marruecos es el país del futuro para las batatas. No obstante, hace falta estar presente en el país y tener suficiente dinero para invertir, me ha dicho Karel van Oers, un empresario con mucho éxito en Marruecos. Desafortunadamente, no le presté la debida atención: empecé con poco dinero y además dinero prestado. De todas formas, he aprendido mucho y también he logrado algunas cosas", dice Ton.

"Reuní un pequeño equipo de personas muy comprometidas y experimentadas. Este equipo aún existe. También descubrí las zonas más interesantes de Marruecos para el cultivo de hortalizas. La gran ventaja de Marruecos es que casi nunca llueve en algunas zonas, que, además, tienen las temperaturas adecuadas. Y es que, a través del riego por goteo, se puede regar con mucha más precisión y proporcionar la cantidad adecuada de agua y nutrientes en el momento en el que la planta lo necesite. Esto hace que la calidad de los productos sea mucho mayor", continúa el experimentado horticultor.

                   

"En Nigeria y en Honduras, por ejemplo, llueve más del 70% de los días al año y más de 2.000 mm al año. Las altas temperaturas y los altos niveles de humedad provocan problemas de moho y podredumbre. Gracias a las temperaturas adecuadas y la falta de lluvia, pero con suficiente agua subterránea limpia, he logrado desarrollar métodos que no requieren grandes inversiones en instalaciones de almacenamiento para llevar a cabo el curado de las batatas. Hay regiones en Marruecos donde se pueden cosechar batatas los doce meses del año. Son regiones donde los propietarios de las tierras no saben qué hacer con el terreno y donde el Gobierno marroquí está prácticamente regalando parcelas a quien quiera cultivarlas".

"Se puede producir de manera muy respetuosa con el medio ambiente en Marruecos. Apenas hace falta el uso de herbicidas y fungicidas. Además, sé cómo hacer nutrientes ecológicos. La huella ecológica de Marruecos es menor que la de otros países. La logística no es complicada: hay cinco días de tránsito desde Marruecos a Róterdam/Amberes y, por unos euros más por cada 100 kg, el tiempo de tránsito es de 3 o 4 días en camión. Las regiones de las que hablo tienen mucho potencial para producir batatas de alta calidad de forma muy competitiva y a gran escala".

"He desarrollado técnicas con las que puedo producir 100 ha en un año a partir de 10.000 plantas in vitro. Fui a Marruecos por 50.ª vez en el verano de 2021. Fue la última vez u, ojalá, la primera de muchas más. Marruecos no es un país fácil, pero hay muchísimas posibilidades. Por eso no quiero rendirme, quiero ver una primera señal de éxito después de todos estos años y demostrar que tenía razón. Además, quiero allanar el futuro para mi hijo Maikel, quien se graduó en Finanzas Internacionales en la Universidad de Nimega y ahora está estudiando Agricultura Ecológica en la Universidad de Wageningen. Se graduará en dos años. A Maikel le gustaría seguir los pasos de su padre en el cultivo de hortalizas. Una tercera razón es que quiero ofrecerle un futuro a todo mi equipo".

"En la década de 1990 trabajé para Nestlé con productores de patatas, abarcando una superficie de unas 2.750 hectáreas por año. Ofrecimos contratos plurianuales. Jugando con las diferencias de precio entre la categoría A (la variedad Bintje de 50 mm+ para la industria de las patatas fritas) y las categorías inferiores (Bintje 40/50 y patatas para animales), logré mantener el precio de la materia prima para las fábricas de procesamiento entre 14 y 16 florines por 100 kg durante 10 años. Y es que un precio estable de la materia prima es un sueño para todos los CEO y CFO de una empresa procesadora. En Marruecos espero poder hacerlo aún mejor", concluye Ton, que ahora ha comenzado a escribir un libro sobre su vida, su amor y sus patatas. "Tengo tantos recuerdos bonitos. Pero me gustaría agregar algunos más de Marruecos: de la gente, de los negocios, de los buenos momentos".

Para más información:
Ton (A.H.) de Leeuw
AGF Fresh
Tel.: +31 6 53707086
info@agf-fresh.nl 

Fecha de publicación: