Si hay un cítrico que ha adquirido una gran importancia en Colombia, ese es el limón Tahití o lima ácida. El pasado mes, Procolombia informaba que en el primer cuatrimestre del año esta fruta, la tercera más exportada del país por detrás del banano y del aguacate Hass, registró un crecimiento del 90% de sus ventas internacionales.
El incremento ha sido notable pero las proyecciones no lo son menos, como sabe Ray Van Vilsteren, quien, desde que en 2017 pusiera en marcha su proyecto Orange Export en el departamento de Santander, ha crecido hasta ser el mayor productor de limón Tahití orgánico en Colombia, en una iniciativa con un marcado carácter social.
“Hace 11 años llegué a Colombia con la idea inicial de comenzar un proyecto de cultivo de melón orgánico”, comienza a explicar Ray. “Después de varios años en el país vi que Santander era la principal región productora y exportadora de limón Tahití, pero tenía un problema: la falta de certificaciones”.
“Cuando países productores como México o Brasil no tenían fruta, Colombia tenía un hueco para exportar, pero en el momento en que los otros países volvían a tener cosechas, los importadores dejaban de trabajar con los productores colombianos solo por el hecho de carecer de certificaciones. Esto hacía que los productores de limón Tahití no pudieran conseguir buenos precios por su fruta, ni estabilidad”, recuerda Ray.
“Yo tenía muchos contactos en el mercado de la fruta fresca en Europa, donde había muy buena demanda de fruta orgánica; así que, básicamente, había un mercado pidiendo a gritos un buen producto, y unos campesinos que lo tenían, por lo que creamos Orange Export para ser un puente entre los pequeños y medianos agricultores de limón Tahití aquí en Santander y el mercado internacional”.
“Pero nuestra meta no es simplemente comercial. Tenemos el objetivo claro de darle a los campesinos una estabilidad y una oportunidad de desarrollo, y las certificaciones son el vehículo que garantiza que el trabajador en campo tiene su contrato formal, su ingreso justo y que nos permite vender este valor agregado social al consumidor final”.
“Vemos que el consumidor de hoy en día es muy consciente de que tiene un impacto en el desarrollo del mundo, y que ese impacto puede ser negativo pero también positivo. Por eso con nuestra fruta queremos cumplir las expectativas de todos estos consumidores y conseguir un valor leal a este proyecto tan bonito que tenemos en Santander, en un departamento –y un país en general– con tantos problemas, sobre todo en el sector agrícola”.
Orange Export, a través de sus departamentos técnico y de certificaciones, acompaña a los agricultores asesorándoles a nivel agronómico y ayudándoles a gestionar la obtención de las certificaciones necesarias para poder exportar sus productos, una tarea que a veces se convierte para muchos de ellos en una “misión imposible”, señala Ray. “Motivamos mucho la cooperación y la comunicación, siempre le recordamos a los productores que la competencia no son ellos mismos, la competencia es Brasil o México, y que si nos organizamos a nivel de conocimiento y de calidad de nuestro limón Tahití, que es mucho mejor que el de nuestra competencia, habrá un mercado por ahora casi ilimitado para Colombia”.
Porque, ciertamente, el mercado de la lima ácida orgánica aún muestra un interesante margen de crecimiento. Mientras la importación de limón Tahití convencional en Europa asciende a unos 200-250 contenedores semanales, la de limón orgánico puede estar en torno a 15, comparte Ray Val Vilsteren. “Además, demostramos en nuestros campos que la agricultura orgánica es menos contaminante y puede llegar a ser más productiva y con menores costos de producción en comparación con la convencional. Y todo esto, en combinación con unos consumidores cada vez más conscientes”.
“Yo siempre digo que, crezca el consumo de limón o no, es nuestro trabajo conseguir un limón mejor que el que hacen los otros países o los demás proveedores convencionales, y estoy convencido de que, si ofrecemos un producto a un precio justo al consumidor que tenga tanto valor agregado, no tendremos límites de crecimiento, al menos, en los siguientes años”.
“Este año prevemos exportar –principalmente a Alemania y a Francia, donde tenemos clientes muy fijos con los que planificamos el año completo– entre 3.300 y 3.500 toneladas, y el objetivo es crecer entre 500 y 1.000 toneladas anualmente en volumen. Para ello, hemos abierto nuestra nueva bodega de empaque, que es la planta más moderna de cítricos en Colombia en este momento y que hemos equipado con máquinas de calibrado óptico de Aweta”.
Las condiciones meteorológicas, por ahora, son las que están sembrando más incertidumbre en las previsiones del sector, ya que, “ya sea por el fenómeno de El Niño o realmente por el cambio climático, los últimos dos años hemos tenido muchas más lluvias que han creado muchos problemas en la producción al afectar a la floración, y vemos un cambio drástico en la productividad de algunas zonas y en el ritmo de las cosechas no solo en Santander, sino en Colombia en general”.
Aunque Ray se muestra positivo. “En 2017 arrancamos con solamente 3 fincas certificadas orgánicas que sumaban unas 15 hectáreas y hoy en día tenemos 65 fincas; en total, 460 hectáreas certificadas, de las cuales unas 350 son productivas y el resto son siembras nuevas que empezarán a producir en los próximos años. Con esto, somos el principal productor de limón Tahití orgánico de Colombia y estamos en competencia en volumen con el mayor productor de limas ácidas convencionales del país. Y vamos a ganarles, solo hay que darnos tiempo”.
Para más información:
Orange Export
Zona Franca Santander Lote 2 Manzana C
Floridablanca, Santander (Colombia)
Tel.: +57-318 367 8617
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