Al principio de la temporada, todo apuntaba a que los productores de uvas griegas iban a tener una temporada perfecta. Las cosas dieron un giro más adelante, dice George Saliaris-Fasseas, fundador de Greek Grape Company. "Greek Grape Company cultiva principalmente variedades IFG. El tiempo era muy amable en nuestra región, que queda en el norte de Grecia, y las uvas tuvieron un aspecto increíble hasta finales de julio. Los rendimientos eran fuertes, los tamaños impresionantes, con un mínimo de 20 mm+, todo indicaba que íbamos a tener la mejor temporada de uva de nuestra historia. Desafortunadamente, después el tiempo se volvió más tropical. Todos los días experimentábamos un viento del sur que traía consigo una humedad relativamente alta. Esta es la primera vez que esto sucede en nuestro pueblo, una zona de cultivo de uva tradicional. Como resultado, la uva no terminó tan sólida como lo haría normalmente. Por lo tanto, no almacenaremos ninguna de las uvas este año y terminaremos las ventas antes".
A pesar de las complicaciones meteorológicas, hay buenas cantidades de uva griega este año, dice Saliaris-Fasseas. "Los volúmenes son un 30% más altos en comparación con el año pasado, ya que las plantaciones de 2020 ahora están en plena producción. Las vides ahora producen más después de su tercer año, ya que, naturalmente, se vuelven más productivas. Las variedades tardías IFG, que GGC ha plantado, están en el extremo de alto rendimiento en comparación con otras variedades".
Si bien es cierto que Greek Grape Company tendrá más volúmenes, tendrá que venderlos a principios de la temporada para evitar almacenar el producto: "Nos centramos específicamente en los minoristas del Reino Unido y Alemania. La demanda en total es bastante baja, ya que los consumidores se ven presionados por la inflación y las altas facturas de energía. Sin embargo, trabajamos en estrecha colaboración con los compradores de supermercados para ofrecer precios competitivos y un buen producto para el consumidor final. La mayoría de nuestros volúmenes están vendidos con antelación. El problema que enfrentamos es que no tenemos suficiente fruta para llenar la parte final de la temporada, ya que no la almacenaremos este año, y nuestros clientes tendrán que comprar en el extranjero, como en Brasil. Se trata de frutas con precios más altos y más emisiones de CO₂. Pero todo el mundo ha sido muy comprensivo, ya que explicamos la situación meteorológica desde el principio".
Saliaris-Fasseas ve los desafíos de las condiciones meteorológicas como algo a lo que tendrán que adaptarse a partir de ahora: "Los únicos desafíos que teníamos eran el tiempo y el encarecimiento de los insumos. ¡Nos sobrepondremos al tiempo y al cambio climático meditando y haciendo yoga! Pero ya fuera de bromas, tratamos de poner de nuestra parte para ayudar al medio ambiente; somos los únicos verificados para la sostenibilidad con Leaf. El cambio climático es algo a lo que debemos adaptarnos y debemos ofrecer opciones a nuestros clientes de supermercados. En cuanto a los costes de los insumos, intentamos realizar una compra previa a granel y hacemos licitaciones para reducir el coste tanto como sea posible. Por ejemplo, la semana pasada compramos nuestro cobre para 2023, ya que especulamos que su precio aumentará sustancialmente en los próximos meses".
Europa está lidiando con una inflación enorme, pero eso no cambia la forma en que GGC hace negocios. "La inflación en Europa no cambia la forma en que operamos. Nos centramos en producir uvas de excelente calidad y cubrir las necesidades del mercado. Greek Grape Company no puede influir en la inflación. Estaremos pendientes de lo que pase en el mercado y seguiremos los consejos de nuestros clientes al respecto. Por desgracia, nuestra temporada será corta. ¡La fruta de los lineales encantará a los clientes de nuestros clientes!", concluye Saliaris-Fasseas.
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George Saliaris-Fasseas
Greek Grape Company
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