El mango es una fruta tropical, pero eso no le impidió a Hiroyuki Nakagawa cultivarlos en la región nevada de Tokachi, situada en Hokkaido, la isla más septentrional de Japón, donde cultiva los uno de los mangos más caros del mundo.
Nakagawa cambió al cultivo de mango después de años en el negocio del petróleo. “Al principio nadie me tomó en serio”, dice Nakagawa, de 62 años. “Desde aquí en Hokkaido, quería crear algo natural a partir de la naturaleza”. Y es que el secreto de Nakagawa es utilizar los dos recursos naturales por los que su tierra natal, Hokkaido, es famosa: la nieve y las aguas termales onsen.
El agricultor almacena la nieve de los meses de invierno y la usa en el verano para enfriar sus invernaderos, engañando a las frutas para que retrasen la floración. Luego, en el invierno, utiliza aguas termales naturales para calentar el invernadero y cosecha aproximadamente 5 mil mangos fuera de temporada.
Bajo la dirección de otro agricultor de mango de la prefectura sureña de Miyazaki, Nakagawa fundó su granja y estableció su startup Noraworks Japan. Unos años más tarde registró su marca de mango como Hakugin no Taiyo, que se traduce como “Sol en la nieve”.
En el sitio web oficial donde los clientes pueden hacer pedidos, a menudo se les saluda con las palabras “agotado”; aunque si logran comprarlo, deberán pagar unos 230 euros por unidad.
Fuente: elfinanciero.com.mx