Intercitrus ha salido al paso de los últimos movimientos protagonizados por la Citrus Growers Association (CGA) de Sudáfrica al respecto de la crisis generada por la cifra récord de interceptaciones registrada este año en los puertos europeos tras detectar mancha negra en sus cítricos. Efectivamente, en una carta a la Sección de Sanidad Vegetal del Comité Permanente de Plantas, Animales, Alimentos y Piensos de la UE (SCoPAFF), así como en diversas declaraciones a varios medios de comunicación, los representantes de los exportadores de agrios del país austral han cuestionado la “exactitud” y la “fiabilidad” de los procedimientos seguidos por los Estados miembros en tales rechazos y hablan abiertamente de “errores” y “falsos positivos” en las pruebas para acreditarlos.
La presidenta de la interprofesional española, Inmaculada Sanfeliu –en declaraciones a este portal– ha salido en defensa de la “profesionalidad, independencia y rigor de tales laboratorios de referencia. A estas alturas, la CGA ya no tiene ninguna credibilidad, por lo que Sudáfrica ha dejado de ser un proveedor fiable para la UE”.
Tales posicionamientos se producen después de que Sudáfrica haya disparado en 2023, de enero a noviembre y según los datos oficiales de Europhyt-Traces, el número de rechazos causados por este hongo hasta los 51, la mayor cifra jamás alcanzada por este país. En la referida misiva al SCoPAFF, la asociación de exportadores de cítricos sudafricanos sugiere abiertamente que las técnicas utilizadas para confirmar el CBS (Citrus Black Spot, esto es, mancha negra, en inglés) son inexactas y sostienen que “la UE no está necesariamente aislando con precisión la Phyllosticta.citricarpa (su denominación científica) a través de sus procedimientos de laboratorio. Tal vez estén detectando Alternaria y daños por granizo, quién sabe”.

“Lamentamos la falta de concreción de las acusaciones de la CGA, que no cita en qué países ni en qué laboratorios se han producido tales ‘errores’. Reclamamos a sus dirigentes que dejen de confundir y falsear”, exclama Sanfeliu.
La máxima responsable de la interprofesional española ha aclarado que las técnicas de identificación de esta enfermedad usadas en la UE están basadas en las Pest Survey Card de EFSA (la Agencia de Seguridad Alimentaria Europea) y en los protocolos de diagnóstico de EPPO y FAO, “tres entidades científicas de prestigio e independientes, y sin conflicto de intereses”, ha matizado a este respecto.
Se trata de protocolos armonizados a nivel internacional, desarrollados a partir de los estándares EPPO PM7/17(3) de 2020 y el estándar IPPC NIMF-ISPM n º 27 de 2021. “En la UE todos los laboratorios que realizan los controles oficiales en los diferentes Estados miembros participan periódicamente y por exigencias normativas en los llamados Proficiency Tests (ensayos interlaboratorios), coordinados por el Laboratorio Europeo de Referencia”, ha continuado aclarando la también presidenta del Comité de Gestión de Cítricos (CGC, la patronal que aglutina a los exportadores privados de España). “Formas de trabajo, a partir de protocolos internacionales que, además son auditadas por la Comisión Europea”.
Como defiende Sanfeliu, todas las normativas de la UE que regulan las importaciones de cítricos desde países afectados por este hongo –que provoca manchas en la piel que inhabilitan a los frutos afectados para ser comercializados en fresco– se basan en estudios y análisis de riesgo realizados por la EFSA, por paneles de expertos de los diferentes Estados miembros, por investigadores independientes sometidos a estrictas y continuas revisiones para evitar conflicto de intereses.
“Las tesis del CGA están avaladas fundamentalmente por el Citrus Research International (CRI), cuyos trabajos financian los propios exportadores sudafricanos”, señala a este respecto Sanfeliu. “Prueba de ello”, recuerda, “fue lo acontecido en Túnez: durante muchos años el CRI sostuvo que el referido hongo que provoca esta enfermedad no era capaz de adaptarse y desarrollarse en el clima mediterráneo. Lo hizo hasta que en 2018, tras varias interceptaciones en Francia con fruta infectada procedentes del citado país, sus autoridades acabaron por reconocer y declarar oficialmente que tenían un importante foco que aún hoy están muy lejos de poder erradicar”.
“Análisis exhaustivo”
La CGA ha manifestado públicamente que el CRI ha llevado a cabo un análisis exhaustivo de todas las interceptaciones de plagas y enfermedades en cítricos sudafricanos durante la temporada 2023. Los representantes sudafricanos arguyen que, entre los ejemplos de notificación errónea de rechazos portuarios de mancha negra, se incluyen los casos en cítricos originarios de zonas exentas de CBS en Sudáfrica. Según reiteran en su descargo desde la CGA, o bien la fruta se producía en un lugar de producción considerado libre de la enfermedad, o bien había pruebas claras de que el hongo no estaba vivo.
“La CGA quiere hacernos creer que la información que proporcionan es la única cierta, que si se detecta una plaga que, en principio, no está sobre el papel presente en la zona de Sudáfrica de donde procede será porque el dictamen del laboratorio es incorrecto, sin contemplar la posibilidad de que la plaga realmente esté en una zona oficialmente declarada como exenta y no la hayan detectado”, razona la representante del sector citrícola español.
Toma de una muestra de cítricos importados en un laboratorio de referencia.
Responsabilidad y riesgo
“Pese a todo, la CGA insiste en aducir que, ‘como signatarios de la CIPF (Convención Internacional de Protección Fitosanitaria), los Estados miembros de la UE también tienen una importante responsabilidad, a saber, garantizar que todas las pruebas derivadas de las inspecciones de toda la fruta que entra en sus mercados se realizaran de forma precisa y fiable’. A lo que desde Intercitrus replicamos que, si bien es cierto que la responsabilidad del laboratorio es grande, más grande es la de un país exportador dónde hay plagas prioritarias para la UE, ya que debe velar por enviar fruta sin organismos nocivos”, indica Sanfeliu.
“Durante estos años, especialmente desde que volvieron a repuntar las interceptaciones sudafricanas por mancha negra a partir de 2021, la patronal sudafricana ha tratado de reducir esta enfermedad a una ‘cuestión cosmética, que no afecta a la belleza de la fruta ni a su excelente calidad de consumo’. En las últimas manifestaciones del CGA a este respecto añadían que ‘tratar el CBS cosméticamente es fácil, pero fumigar repetidamente para que la fruta esté siempre limpia según la normativa de la UE es suicida e inútil, ya que la fruta en sí no es una vía para la enfermedad’”, recuerda la responsable de Intercitrus.
Y lo cierto es que, según la propia EFSA, la importación comercial de frutos cítricos (sin hojas ni pedúnculos) no deja de ser una vía posible y “moderadamente probable”. Pero se trata de un riesgo –se advierte desde la interprofesional española– “agravado” por el elevado volumen de cítricos importado de Sudáfrica en la actualidad, entre 850.000 y 950.000 toneladas si hablamos de la UE más Reino Unido, de unas 800.000 toneladas en la UE-27, “volúmenes a los que deben sumársele las importaciones de otros países con presencia de CBS como Zimbaue, cuyas exportaciones también controlan operadores sudafricanos”, señala Sanfeliu.
Tratamientos y EE. UU. vs. UE
“El riesgo es tal que EE. UU. –que ya padece la enfermedad en Florida– solo acepta los frutos procedentes de zonas declaradas como exentas de CBS. La UE, por el contrario, sí que permite la importación de zonas no exentas, pero con las condiciones establecidas en su normativa”, recalca Sanfeliu. “Por lo tanto, la UE es mucho más permisiva con Sudáfrica que EE. UU. y, sin embargo, la CGA acata sin rechistar la normativa americana pero cuestiona la europea de manera continuada (las medidas de mitigación) y, ahora ya, cuestiona hasta las técnicas y los protocolos de diagnóstico”, lamenta.

Intercitrus pone el acento, además, en los tratamientos aplicados por Sudáfrica para controlar esta enfermedad. La CGA se ha lamentado en las últimas fechas del escaso margen de acción que ha provocado la retirada del fungicida Mancoceb.
“Existen tratamientos efectivos para controlarla (estrobilurinas), que en la UE estamos usando para otras enfermedades como la Alternaria (que es otro hongo) y que podrían aplicar ellos en Sudáfrica como alternativa al Mancozeb”, señala a este respecto Sanfeliu. “El hecho de que sean más costosos no puede ser excusa para no tratar ni para tratar con los más económicos y menos efectivos fungicidas habituales ni, por supuesto, para ceder al chantaje sudafricano eliminando la obligación de las medidas en origen”, continúa la representante del sector citrícola exportador y productor español.
Gravedad y medidas
“La P. citricarpa, causante de esta enfermedad, está regulada por la UE como un organismo cuarentenario cuyo combate es prioritario, situado en el top 20 de las plagas de mayor impacto económico, social y medioambiental”, recuerda Sanfeliu. “Así lo determinó la EFSA y el JRC (Joint Research Centre, que es el servicio de ciencia y el Centro de conocimiento de la propia CE), que hicieron los estudios científicos pertinentes para concluir que el CBS fue la plaga con el 17.º mayor impacto de todas (agrícolas y forestales)... y eso que el análisis del impacto solo se refiere a una parte relativamente pequeña del territorio UE concentrado en las zonas del sur del viejo continente pero que afectan de lleno a toda la citricultura mediterránea (de España, Italia, Córcega –Francia–, Grecia, Malta y Chipre)”, sostiene.
“Además, está considerada por la literatura científica como el patógeno fúngico más importante de los cítricos a nivel mundial. Actualmente está presente en las principales regiones citrícolas de Sudáfrica, Brasil, Argentina, Uruguay, EE. UU. (Florida), Zimbabue, China y Australia, entre las que se encuentran países en los que son necesarios entre 4 y 6 tratamientos fungicidas al año para obtener un control aceptable de la enfermedad. Aunque es originario de climas tropicales, el hongo se ha establecido y causa daños importantes en zonas subtropicales. La distribución geográfica de P. citricarpa, además, está en plena expansión”, subraya.

Distribución geográfica de la mancha negra (EPPO).
Lo que la CGA se refiere –restándole importancia– como un “problema estético” es en realidad necrosis sobre la piel, que origina tales manchas y pérdida de calidad del fruto que lo inhabilitan para su comercialización en fresco. Además, la mancha negra reduce severamente los rendimientos porque provoca una caída prematura de los frutos.
Ante la gravedad de la situación generada y el riesgo evidente de contagio de la enfermedad, Intercitrus reclama a la CE que permita únicamente la introducción de cítricos originarios de zonas de Sudáfrica reconocidas como libres por las propias autoridades europeas de P. citricarpa. Y, ante la falta de “credibilidad” de Sudáfrica, que se proceda al “cierre automático e ininterpretable” de sus importaciones al primer rechazo por CBS y se estudie la posibilidad de hacer inspecciones en origen por parte de funcionarios comunitarios pero a cargo de los exportadores sudafricanos. De igual manera, se reclama que la normativa comunitaria exija que los tratamientos se realicen con los fungicidas específicos más eficaces para el control de esta enfermedad.
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