La horticultura profesional de invernadero, como el resto del sector, está en constante ebullición y orientada a la innovación. En este sentido, la actividad de la empresa italiana MG Vivai, de Fondi (LT), no es una excepción. El vivero, dirigido por la familia Marrazzo, se fundó en 1992 y siempre ha desarrollado su labor con el objetivo de producir plantones de alta calidad, es decir, que respondan a las demandas de un sector moderno y exigente.
Injertos robotizados.
El área dedicada a las actividades de vivero ocupa una superficie de más de 11.000 metros cuadrados, totalmente cubierta e informatizada, con el fin de controlar la gestión de los parámetros climáticos y la fertirrigación. Hace unos años, se incorporó a la empresa Giosuè en las actividades de producción. Este miembro de la familia introdujo mejoras en los procesos de producción y puso en marcha el departamento de plantas hortícolas injertadas.
Etapa del proceso.
Por otra parte, ya no se podía prescindir de este departamento, dada la normativa que limita el uso de moléculas geodesinfectantes. A esto se añaden las dificultades del sector debido al cambio climático y al desarrollo de nuevos patógenos, que hacen cada vez más necesario el uso de plantas injertadas. Teniendo esto en cuenta, desde 2022 MG Vivai experimenta con innovadoras técnicas de injerto para obtener plantones con altos estándares de rendimiento y calidad.
"Estamos entre los primeros de la zona en utilizar una técnica de injerto totalmente robotizada", afirma Giosuè Marrazzo. "Un sistema que elimina las operaciones manuales de injerto, que siempre se han considerado un posible vehículo de propagación de patógenos, como la virosis".
"Se trata de un proceso robotizado que introduce los plantones de portainjerto por un lado y los plantones de injerto por el otro", continúa el experto. "Las operaciones de corte y fijación se realizan mecánicamente dentro del robot, en un entorno esterilizado con ozono, para eliminar el riesgo de infección. Las operaciones de corte y fijación son precisas y del orden de unas micras, lo que mejora la fijación injerto/portainjerto, con notables ventajas de rendimiento para el agricultor. Además, el sistema puede gestionarse a distancia y se adapta a las variables contingentes de los parámetros climáticos. Todas las salas, la utilizada para el injerto y la de aclimatación, están totalmente esterilizadas".
"Un proceso así obliga a utilizar materias primas de alta calidad, empezando por la turba, los alvéolos, los abonos, hasta llegar a los productos fitosanitarios", explica Marrazzo. "En este sentido, durante las fases de rodaje y puesta a punto del proceso robotizado, utilizamos el portainjerto Ficus F1, tanto por ser uno de los recientemente introducidos en la zona de Fondi con un paquete completo de resistencia, como por sus cualidades en términos de emergencia y uniformidad de la planta, condiciones que en el vivero facilitan enormemente la práctica del injerto y permiten obtener un mayor porcentaje de plantas útiles, ofreciendo así a nuestros clientes una mayor uniformidad y calidad de los plantones. No ha sido una elección al azar, ya que en nuestra zona el patrón de tomate Ficus (hibridado por Sakata y comercializado por Esasem spa) es la solución más popular entre los agricultores".
"De hecho, juegan a su favor elementos como la combinación de vigor y el paquete de resistencias, incluida la de las tres cepas de Fusarium", concluye el empresario. "Esta variedad de portainjerto se utiliza hoy en día en cultivares como el tomate en rama redondo liso, alargado, corazón de buey, datterino, tanto para el ciclo largo como para el corto de verano".
Para más información:
MG VIVAI
Via Guado II
04022 Fondi (LT)
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