Estados Unidos eleva al 25% los aranceles a la importación de acero y aluminio tras firmar el presidente Trump una orden ejecutiva a tal efecto. Los gravámenes entrarán en vigor el 12 de marzo. El sector de los invernaderos de los Países Bajos va a seguir la evolución de la situación con mucha atención y espera que antes del 12 de marzo Trump se dé cuenta de que esta medida también tendrá consecuencias negativas para los propios Estados Unidos.
Durante su anterior mandato presidencial, Trump anunció también un arancel a la importación de acero. "Unas semanas más tarde, decidió entonces eximir a la Unión Europea, entre otros", cuenta Annie van de Riet, presidenta de AVAG. "En aquel momento, fue consciente de las consecuencias y la construcción de invernaderos de los Países Bajos no se vio afectada por los aranceles".
Lambert van Horen, especialista en el sector Alimentación y Agri-Horticultura en RaboResearch, considera que lo que Trump está haciendo ahora son sobre todo tácticas de negociación, más que una política económica consciente. "En general, a nivel económico, lo que está haciendo, gravarlo todo, no es una política económica sensata, dado que está haciendo subir la inflación en Estados Unidos. El propio Trump, probablemente asesorado por economistas, parece verlo también. Por eso ha empezado ahora a gravar de forma más selectiva".
Ahora Trump dice que eliminará todas las excepciones introducidas en 2018. Annie señala que todavía no es 12 de marzo, así que "todavía quedan unas semanas para negociar". El lobby holandés de los invernaderos hace esto a través del VNO-NCW. "Pero en general, somos un actor pequeño".
Efectos para la construcción de invernaderos
"El acero y el aluminio son artículos esenciales, y cuando se empieza a gravar con impuestos este tipo de componentes, sin duda aumentan los costes", comenta Henk Verbakel, de Havecon. La empresa construye mucho en Canadá y Estados Unidos. Eso sí, otros componentes y la mano de obra también tienen mucho peso, así que es difícil estimar el alcance del impacto, aunque fácilmente podría situarse entre un 5% y un 10%". Por otro lado, hace cuatro años, el dólar se situaba en 1,20 al cambio y eso es algo que también tiene su efecto".
Lo que Trump ha anunciado podría también afectar a la construcción local de invernaderos en Estados Unidos. También podría encarecer el acero que utilizan. Así lo señala Peter Lexmond, de Meteor Systems: "Las empresas que utilizan acero de EE. UU. también empezarán a pagar más por el acero si esto sigue adelante".
El especialista de Rabobank opina que el sector de la construcción de invernaderos se opondrá a este nuevo arancel. Sin embargo, es consciente de que para la construcción de invernaderos también se utiliza acero local estadounidense.
Según Peter, la calidad del acero es mejor en la UE. Meteor utiliza acero revestido. "Las empresas europeas han logrado mayores avances en materia de recubrimiento que las estadounidenses", afirma. Meteor y sus clientes prefieren un producto de mejor calidad. "Nuestro nuevo MS-150 ofrece la protección más moderna para nuestros canalones de cultivo. Con la creciente presión de enfermedades y el uso más intensivo de desinfectantes y limpiadores en los canalones de cultivo, era algo necesario. Solo se puede conseguir en la UE. En EE. UU. no lo fabrican".
Producción
No todos los constructores de invernaderos producen ellos mismos los materiales que necesitan. Los que sí lo hacen, y lo llevan a cabo fuera de EE. UU., son los que más notarán el impacto de los aranceles de importación, prevé Lambert. "Los constructores de invernaderos que compran estructuras podrán comparar precios y buscar a un proveedor estadounidense en lugar de uno holandés, por ejemplo. Esta nueva decisión de Trump, de seguir adelante, podría provocar ciertos cambios en la cadena de suministro".
Más allá de Trump, el sector holandés de la construcción de invernaderos se enfrenta a más incertidumbres. Aun así, Annie se muestra optimista de cara al futuro. "Las perspectivas a largo plazo son muy positivas. Hay mucho interés por el consumo de alimentos sanos y cultivados de manera sostenible". Los invernaderos holandeses desempeñan un papel importante en este sentido. Cada vez son más los cultivos para los que se está planteando o adoptando el cultivo protegido. "Al fin y al cabo, nuestro sector contribuye a impulsar la sostenibilidad y ofrece una solución al cambio climático", sostiene Lambert.
Posibles oportunidades también para la construcción de invernaderos
A más corto plazo, el panorama es más incierto. "Este mensaje de Trump contribuye a empeorar las cosas, pero de todos modos, la situación geopolítica era ya inestable", comenta Annie. Lambert está de acuerdo. "La incertidumbre nunca es buena. No saber nunca con certeza cuál será la siguiente medida de Trump es lo peor, tiene un impacto negativo en las inversiones".
Peter, de Meteor, cree que "todos estos decretos" están teniendo repercusiones a nivel mundial. "Es algo con lo que tenemos que lidiar en el sector hortícola. ¿Me inquieta? Sí, porque las cantidades en juego son muy significativas, pero tampoco me sorprende. El proteccionismo estaba anunciado. Es algo que va en contra del mensaje de abaratamiento del coste de la vida que pregonó durante su campaña".
Cabe decir que el coste del invernadero en sí no es el mayor gasto para quienes se dedican al cultivo protegido. "Hoy en día, un invernadero dura unos 30-35 años. Eso sí, está claro que la introducción del arancel provocará un encarecimiento del acero".
Además, hay muchas cosas que aún no están claras. "¿Se aplicará a la materia prima o al producto acabado?", se pregunta Henk Verbakel. "En el anterior mandato de Trump, solo se aplicaba a los productos semiacabados". Eso es lo que espera ahora el sector, porque una cosa es cierta: la incertidumbre no hace bien a nadie. "Los clientes de EE. UU. esperarán a ver qué pasa, pero los mexicanos y canadienses también esperarán hasta tener más certidumbre".
Más gravámenes a la importación
También cabe preguntarse qué otros gravámenes a la importación se avecinan. Un gravamen sobre las importaciones de frutas y hortalizas de México, por ejemplo, podría darle un impulso al cultivo local y, por tanto, también a la construcción de invernaderos en EE. UU.
Se podrá continuar negociando hasta el 12 de marzo. Por ahora, el sector de los invernaderos tendrá que aceptar la incertidumbre, según sostiene el especialista de Rabobank. "El incremento del riesgo se va a trasladar a los precios. Los constructores de invernaderos lo tendrán en cuenta o lo harán recaer en el inversor". Señala que el tipo de cambio del dólar lleva ya unos meses subiendo. "En consecuencia, para los que piensan en euros, el efecto ya se ha disipado en parte. Y para los que tienen su sede en EE. UU. y trabajan con dólares, existe la posibilidad de que se replanteen cómo y dónde comprar".
Peter, como Lambert, insta a no dejarse llevar por el pánico. Algo parecido recomienda también el constructor de invernaderos Kubo. Uno de ellos apunta al anterior mandato presidencial de Trump y aboga por no sacar conclusiones precipitadas. En 2018 acabó aplicándose una exención para el acero europeo.
Peter espera que los contenedores que están ya de camino lleguen antes del 12 de marzo. En cuanto a los contenedores que todavía no han partido, las distintas partes tendrán que llegar a acuerdos. "Trump es un negociador y esto es lo que cabe esperar. Nunca te aburres con Trump".
Ursula von der Leyen también ha respondido en nombre de la Comisión Europea. Lo ha hecho en X. Von der Leyen promete una respuesta europea al recién anunciado arancel estadounidense a las importaciones.
Lamento profundamente la decisión de Estados Unidos de imponer aranceles a las exportaciones europeas de acero y aluminio.
- Ursula von der Leyen (@vonderleyen) 11 de febrero de 2025
La UE actuará para salvaguardar sus intereses económicos.
Protegeremos a nuestros trabajadores, empresas y consumidores ↓