"Estamos llevando a cabo una exhaustiva investigación y en 2026 dispondremos de robots agrícolas que podrán entrar en los campos para cosechar fruta de manera automática. Estas máquinas servirán para casi todos los tipos de fruta. Ya hemos hecho pruebas con la recolección del kiwi. Durante 2025 tendremos el prototipo final y la máquina se lanzará comercialmente en 2026. Esto se suma al carro de cosecha, que discrimina en función de la calidad y que ya llevamos un par de años desarrollando", adelantó Angelo Benedetti, CEO de Unitec, en su intervención en la conferencia "Apoyando nuestros huertos con innovación y automatización", celebrada en el Campus Unitec de Lugo (Rávena) el 14 de febrero pasado.
Angelo Benedetti.
Prueba de recolección robotizada en kiwis (foto tomada del vídeo proyectado por Unitec durante la conferencia).
"La tecnología primero identifica si la fruta está madura y luego la recoge: es, por tanto, una evolución del carro de cosecha con discriminación de calidad, que ya hemos implementado como prototipo", señaló.

Benedetti hizo hincapié en que, si se quieren obtener ingresos en el campo, hay que cambiar la forma de pensar. "Pensamos casi exclusivamente en toneladas por hectárea. A menudo oímos que la primera calidad se ha pagado muy bien, pero que ha habido mucho destrío. Y esa ha sido la manera de proceder durante décadas, pero sabemos que es el consumidor quien paga el trabajo de todos lo paga el consumidor, y es una realidad que se olvida con demasiada frecuencia. Ante la disminución del consumo de fruta, tenemos que preguntarnos sobre cuál es el grado de gratificación que damos a los consumidores".

"¿Qué podemos hacer cada uno de nosotros para que los consumidores queden satisfechos? La respuesta es sencilla: tenemos que ofrecer a los consumidores una fruta que puedan apreciar, y la clave es que la madurez sea óptima. Para producir una fruta perfectamente madura, antes hay que tener una plantación bien diseñada y construida. Y luego, hay que cosechar de una determinada manera. La cultura de la calidad nos la enseñan los japoneses, con melones que cuestan 70 euros cada uno, dejando solo uno o dos por planta. Luego todo depende de cosechar en el momento adecuado: y no olvidemos que hay escasez de mano de obra, y la que hay no tiene la cualificación suficiente".

Benedetti prosiguió: "La fruta inmadura no gusta a casi nadie y además pesa menos que la madura. Una vez cosechada, es difícil que mejore, aunque sea un fruto climatérico. Por eso, desde hace unos años, trabajamos en el desarrollo de un innovador carro de cosecha con aplicaciones diseñadas para que los operarios conozcan el grado de madurez de la fruta. La fruta se analiza en el momento de la recolección. El recolector tiene información continua en tiempo real y sabe cómo y qué está cosechando. Se trata de un prototipo, aún no está a la venta. Es capaz de procesar 20.000 frutas por hora. También realiza una selección de la calidad; la mercancía de mala calidad se aparta. Esto no automatiza el proceso de recolección, pero tiene como objetivo no recolectar fruta inmadura".
Por último, un ejemplo práctico de cómo una cuidadosa selección en el almacén puede reportar grandes beneficios con la misma fruta. "Uno de nuestros clientes decidió dar garantías al consumidor final creando una nueva marca de 'naranjas extrarrojas'. Le proporcionamos la tecnología necesaria para seleccionar únicamente las naranjas que tuvieran una pigmentación interna elevada. Ahora, el 25% de los consumidores que compran naranjas piden las que tienen esa marca de calidad, con la diferencia de que cuestan un euro más por kilo. Es una promesa de calidad declarada y cumplida. Así pues, todo esto es posible, pero solo si existe una fuerte conexión entre el campo y la central hortofrutícola", concluyó Benedetti.
Para más información: www.unitec-group.com