Erik van Vugt lleva más de la mitad de su vida trabajando en Polonia. En 1998, él y sus compañeros fundaron FreshWorld. Hoy, esta empresa de Bronisze suministra directamente al retail polaco, proporcionando fruta y hortalizas de mercados como China, Sudáfrica o América Latina. Dispone de su propio departamento de transporte y reenvasado y atiende a los clientes como un proveedor de servicios tradicional. En una entrevista, hablamos con ellos sobre las oportunidades y desafíos en Polonia.

"Cuando me mudé aquí, teníamos a menudo temperaturas de 25 grados bajo cero. Eso es algo que ya no pasa. Esta semana ha hecho muchísimo frío y hemos estado a 10 grados bajo cero", cuenta Erik. La temperatura no es lo único que ha cambiado en el país. "La economía polaca se ha desarrollado a un ritmo vertiginoso. En 2023, el salario mínimo aumentó un 15%, en 2024 otro 15% y este año un 8%. En cuatro años habremos superado el salario mínimo de un español medio y en ocho años estaremos al nivel del Reino Unido".
Por eso no es fácil para FreshWorld atraer a empleados polacos. "Trabajamos con mucha gente de Ucrania, Georgia y Uzbekistán, pero a través de agencias de empleo tenemos también a gente de Filipinas trabajando para nosotros", explica Erik. Los tiempos en que Polonia era una fuente de trabajadores para agencias de empleo holandesas han quedado atrás, afirma. "Los polacos que llevan 15 años trabajando en Países Bajos seguirán yendo encantados, pero contratar a jóvenes resulta ya casi imposible".

En sus primeros años, FreshWorld compraba muchos productos a través de importadores holandeses, pero eso ha quedado ya en el pasado. "No hay ya hueco para que un importador esté presente tanto en Polonia como en los Países Bajos. Nuestros clientes en el retail nos piden que cerremos programas con proveedores de Sudáfrica, China y Latinoamérica. Ahora nuestros competidores tienden a ser importadores holandeses que suministran directamente a los clientes polacos. Nosotros compramos con regularidad a varios proveedores habituales de los Países Bajos. Nuestra ventaja es que conocemos muy bien el mercado holandés, y sobre todo en caso de excedentes en los Países Bajos somos una buena salida, porque podemos mover bastante volumen", asegura Erik.
"El mercado del retail polaco está creciendo gracias a la expansión de cadenas de supermercados polacas como Dino y Biedronka. Por otro lado, cadenas extranjeras como Lidl, Carrefour, Kaufland e Intermarché tienen la mirada puesta en Polonia. Si bien antes primaba lo barato, hoy en día se observa un cambio de tendencia, con un mayor interés por variedades de alta calidad y más caras. Por ejemplo, las uvas de importación solían resultar demasiado caras para un polaco medio, pero hoy en día hay una oferta abundante, sobre todo en las ciudades grandes".

Auge de la conveniencia
"Los aguacates se han convertido en un producto importante. No en vano tenemos seis cámaras de maduración en nuestro centro de envasado para mangos y aguacates listos para consumir. Pero los productos de conveniencia también están en auge en la distribución polaca. Varias grandes empresas se han volcado en ello con, por ejemplo, bolsas de lechuga cortada con aliños incluidos, parecidas a las que hay en los Países Bajos. Este modelo de consumo va a seguir evolucionando. Conforme la gente dispone de más recursos económicos, demanda más comodidad y también puede permitirse productos más caros", comenta Erik. Según Van Vugt, los productos ecológicos siguen estando en una posición algo rezagada en Polonia. "Hay disponibilidad de productos ecológicos, pero sigue siendo un segmento difícil, con menores ingresos y precios que también dejan algo que desear. Además, nosotros tampoco somos un actor fuerte en este segmento".
"Para nosotros, el 30% de la facturación corresponde a los cítricos, otro 30% a las hortalizas y el resto se divide entre frutas (exóticas) como los melones, aguacates, mangos y otros productos exóticos. Se solía esperar que ofreciéramos un surtido completo, pero nos hemos ido alejando de ese camino. Ahora se prefiere trabajar con especialistas. Por ejemplo, no trabajamos con patatas u hortalizas de hoja", explica Erik. "Nos centramos sobre todo en las importaciones, aunque también exportamos frutos rojos y manzanas".

"Productos como las manzanas, los tomates o los frutos rojos se cultivan de manera profesional en Polonia. Con las manzanas, de hecho, Polonia se ha convertido en el mayor productor de Europa. Durante mucho tiempo, la gran ventaja de Polonia ha sido que las manzanas podían venderse baratas gracias a los bajos costes de recolección. Esa ventaja de ser un país con salarios bajos se está perdiendo, por lo que resulta más complicado competir. Por lo tanto, variedades más antiguas, como la Idared, están desapareciendo del mercado, y su lugar lo están ocupando manzanas de mayor calidad, como las Gala, por ejemplo. En los mercados de exportación se pagan buenos precios por ellas", afirma Erik. "Hasta hace 10 años, Rusia solía ser un gran comprador de manzanas polacas. Personalmente, espero que cuando termine la guerra —que en algún momento tendrá que pasar— pueda retomarse la actividad comercial. Al fin y al cabo, los negocios son los negocios, aunque el sentimiento hacia Rusia en Polonia sea ahora mucho más negativo que el que inspira Países Bajos".

Frutos rojos ucranianos
"Los arándanos polacos son también un producto importante para los supermercados aquí. En verano, se venden envases de 500 gramos a un precio de 2-3 euros y tienen muchísimo éxito. Sin embargo, el verano pasado hubo más problemas con la recolección. El año pasado vendimos también muchos frutos rojos ucranianos al retail polaco. Conforme aumentan los salarios, hay menos gente está dispuesta a trabajar recolectando frutos rojos. Por lo tanto, va a ser inevitable darle un impulso a la robotización y automatización en Polonia".
"A veces se sigue pensando que Países Bajos tiene el monopolio de la innovación. Es verdad que muchas innovaciones proceden de los Países Bajos, pero otros países tampoco se quedan atrás. Por ejemplo, una vez me visitó un grupo de productores de tomates holandeses y se quedaron de piedra cuando vieron lo modernos que eran los invernaderos aquí. Se ha invertido bastante dinero y se han creado empresas de cultivo profesionales a las que no hace falta enseñarles nada".
Sin cultivo propio
Erik no tiene ninguna intención de tener cultivo propio en Polonia. "Conozco muy pocas historias de comerciantes que hayan logrado dedicarse con éxito al cultivo y viceversa. La gente que da el paso suele hacerlo para poder ofrecer al retail la posibilidad de hacer negocios directamente con el productor, pero yo no soy productor. No creo que cultivar sea un trabajo secundario; hay que poder involucrarse al máximo, día y noche".
Erik tiene muy buenas expectativas para FreshWorld. "Celebramos nuestro 25 aniversario el año pasado y me alegra que la empresa vaya por buen camino. En los Países Bajos se puede montar un negocio de frutas y hortalizas sin muchas complicaciones, porque se puede contratar de todo, desde cámaras frigoríficas hasta reenvasadoras. Pero en Polonia, la infraestructura está a otro nivel. En Polonia hay varias empresas comerciales serias, y nosotros somos una de ellas. Y seguimos creciendo después de más de 25 años". Por tanto, Erik no se plantea volver a los Países Bajos. "Sigo visitando los Países Bajos con regularidad, pero tengo mi negocio y mi familia aquí. Mi futuro está en Polonia".
Para más información:
Erik van Vugt
Fresh World International Sp. z o.o.
Tel.: +48 22 33 76 224/225
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www.freshworld.com.pl