El cultivo ecológico mantiene su público en España, Italia y Portugal, si bien el primero es más bien un productor que un consumidor. Poco a poco, las técnicas de producción del convencional se acercan al ecológico debido a las exigencias de la Política Agraria Común y las cadenas de supermercados. A la ecuación, hay que sumarle el cultivo biodinámico, para algunos, el nuevo ecológico.
Ante esta perspectiva, "hay que señalar que el cultivo biodinámico se basa en una certificación privada para consumidores más extremistas. Si fuese realmente tan efectivo enterrar en la plantación un cuerno de vaca, las grandes empresas lo estarían haciendo. Yo, como ingeniero agrónomo, no veo que la producción biodinámica tenga una base científica, sin embargo, como marca, sí tiene su público", señala Carlos Soto, gerente de Canova.
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"Antes de la pandemia, algunos supermercados empezaron a hacer un acercamiento al consumo biodinámico. Ahí perdimos cuota como productores de ecológico. En aquel momento, creo que hubo un problema en España porque se certificaron muchas hectáreas rápidamente y fue un proceso extraño", señala el responsable.
"Fundamentalmente, trabajamos el producto ecológico en España, Italia y Portugal, porque hay gente que valora su filosofía. Creo que el poder adquisitivo es algo muy relativo, hay consumidores que compran ecológico porque es primordial en su alimentación".
Pero el precio sigue teniendo mucho peso en la decisión de compra. "La realidad es que tenemos a las cadenas haciendo una presión brutal para comprar ecológico al precio del convencional. No tendría por qué ser más caro, pero, por ahora, es muy difícil, ya que no podemos usar los mismos herbicidas o plaguicidas", según Soto.
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"Cinco materias activas, una falsa seguridad"
En cuanto a las restricciones de fitosanitarios, el gerente dice: "Creo que es un error aceptar frutas y verduras solo con cinco materias activas porque lo que habría que estudiar es la interacción entre ellas. Eso me da una sensación de falsa seguridad", subraya Soto.
Los supermercados "tienen una normativa muy estricta y diría que, incluso, extremista. En su día se demonizó el producto convencional y ahora ya están retirando del lineal productos bío porque el precio es elevado. Hoy en día, parece que su prioridad es posicionarse como el más económico del mercado, no el más sano", dice el gerente.
"Marruecos cada vez produce más ecológico y la mayoría son empresas españolas que se han ubicado en el país, pero sus precios no son más económicos. Los precios reflejan lo que el cliente está dispuesto a pagar, no lo que cuesta producir, que sería lo adecuado", opina el gerente.
Los solapamientos de producciones o los daños por granizo de esta campaña en la fruta de hueso nacional "tienen peores efectos en el bío que en el convencional, porque no puedes colocar la fruta a cualquier distribuidor. Y cuando hay mermas, son mucho más notorias, porque nuestras plantaciones ya sufren de plagas per se".
Para dar una garantía de continuidad, "es básico trabajar con cuantos más orígenes sea posible. Este año, nos hemos centrado en nuestros productores de fruta de hueso de Italia. En una situación así, es muy positivo ser una cooperativa y poder sortear los vaivenes del clima", finaliza el gerente.
Canova es una cooperativa de producto ecológico que trabaja en España, Italia y Portugal.
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Carlos Soto
Gerente
Canova
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