La exportadora mexicana Cabefruit ha concluido su temporada de mango en México con resultados que califican como positivos, gracias a una campaña sin altibajos drásticos en el volumen ni en los precios. La variedad Ataulfo sigue siendo el producto insignia de la empresa, aunque también comercializan Keitt, Kent, Tommy Atkins y Hayden.
"Nuestra prioridad siempre ha sido el Ataulfo", explica Edgard del Ángel, quien junto con Vicky Cabello representa la tercera generación al frente de esta empresa familiar. "Este año logramos defender el precio desde el principio hasta el fin de temporada".
El destino principal continúa siendo Estados Unidos, que recibe aproximadamente el 90% del volumen exportado. También han realizado envíos puntuales a Ámsterdam, directamente desde Guadalajara. Durante la temporada alta, que se extiende de enero a septiembre, el volumen semanal varía según la zona productora y la variedad, aunque en algunos momentos se han manejado hasta 15 contenedores.
Aunque por un corto periodo se aplicaron aranceles al mango mexicano, la medida se retiró rápidamente. "Sí hubo un poco de miedo a mitad de temporada por lo de los aranceles", señala Cabello, "pero gracias a Dios movieron esa parte y todo siguió circulando normal".
Concluida la campaña mexicana, la empresa opera ahora con mango procedente de Ecuador, cuya temporada arranca en octubre. En este caso, el producto ingresa a EE. UU. con un arancel estimado entre el 13% y el 15%, y se transporta por vía marítima hasta el puerto de Miami, desde donde se distribuye a todo el país. "El tránsito es de unos siete días y la fruta llega verde, sin problema", afirman.
En cuanto a las tendencias de consumo, destacan una mayor demanda de formatos diferenciados. "Antes solo manejábamos cajas; ahora también usamos mallas como las de las mandarinas, clamshells y cajas plásticas tipo RPC", comentan. Además, trabajan en un programa piloto para mangos con imperfecciones visuales, en línea con iniciativas de fruta "perfectamente imperfecta" adoptadas por algunas cadenas.
© Cabefruit
Cabefruit también produce y exporta jícama desde Nayarit durante todo el año, con un flujo de cinco contenedores semanales. "La jícama es muy noble, prácticamente es agua, sin carbohidratos. La estamos impulsando porque todavía no se conoce mucho", indica Cabello. Se envía por carretera a Texas, donde la empresa tiene su centro de distribución.
© Cabefruit
La jícama se comercializa fresca en cajas plásticas y tiene fuerte presencia entre consumidores hispanos, aunque su consumo se está extendiendo. "Así fue como comenzamos con la jackfruit hace 10 años: llevándola a ferias para que la probaran. Es lo mismo que estamos haciendo ahora con la jícama", concluyen.
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