¡Suscríbase a nuestra newsletter y manténgase al día con las últimas noticias!

Suscribirse Ya soy suscriptor

Está usted usando un software que bloquea nuestros anuncios.

Ya que publicamos noticias gratuitamente, dependemos de los ingresos de nuestros banners. Por favor, le rogamos que desactive su bloqueador de anuncios y recargue la página para poder seguir visitando esta web.
¡Gracias!

Haga clic aquí para leer la guía de cómo desactivar su bloqueador de anuncios.

Sign up for our daily Newsletter and stay up to date with all the latest news!

Suscripción I am already a subscriber

Sobreproducción y disminución de ingresos para productores en Argentina

En los mercados de frutas y hortalizas de Argentina, se observa una paradoja: la oferta de productos frescos es alta, mientras los ingresos de los productores no cubren sus costos. Con una inflación interanual superior al 33%, los precios permanecen estancados o incluso retroceden.

El consumo interno disminuyó alrededor del 6%, y la amplia oferta no fue respaldada por la demanda. Aunque la cosecha fue abundante, no se tradujo en beneficios económicos, sino en una crisis para el sector agrícola.

En el Mercado Central, los precios muestran volatilidad. Los valores mayoristas de la papa disminuyeron un 15%, el tomate un 30%, y la lechuga más de un 40%. Cítricos como la naranja y el limón, junto con manzanas, también presentan baja en precios. Si bien hubo aumentos temporales por importaciones de mejor calidad o nuevas zonas de producción, la tendencia general fue a la baja.

Estos productos no superaron la inflación acumulada, lo cual significa que sus precios se mantuvieron o bajaron. Los costos internos aumentaron: fertilizantes, insumos biotecnológicos, maquinaria agrícola, herramientas y energía encarecen las operaciones. Pese a buenas producciones, los ingresos no mejoraron y muchos productores venden al mismo precio que la cosecha anterior.

El precio de combustibles aumentó cerca del 200% desde finales de 2023, mientras que los fertilizantes importados sobrepasaron el 170%. Los costos de plásticos, herramientas, semillas, e insumos dolarizados también subieron. La logística se encareció; el Índice de Costos de Transporte de Cargas FADEEAC (ICTF) incrementó un 85% en 2024, con un acumulado superior al 185% en 12 meses, afectando los costos de transporte.

La otra cara es la caída del consumo. Datos de agosto y septiembre muestran una reducción del 6% en ventas minoristas de alimentos frescos, con descensos acentuados en sectores populares que disminuyen gastos en frutas y verduras. Javier Conehua, productor de La Plata y miembro de la UTT, denuncia: "el desmoronamiento del consumo hace que no se logre vender y se tiran cosechas".

El campo alimentario enfrenta un deterioro, con el sector frutihortícola particularmente afectado. La comercialización, con precios bajos en origen y altos en puntos de venta, perjudica aún más a los productores. En el ámbito ganadero, el consumo interno cae, con una reducción de hasta el 12% en ventas de carne vacuna, según la Cámara de la Industria de la Carne.

El INTA informa que pequeños productores representan el 64% de las explotaciones, pero disponen solo del 13% de la tierra cultivable. A pesar de aportar a la diversidad alimentaria, enfrentan limitaciones de recursos y acceso al crédito.

La situación resulta crítica para la soberanía alimentaria. Organizaciones piden políticas públicas urgentes, como programas estatales de compra de frutas y verduras, créditos accesibles y apoyo a redes de comercialización directa.

Fuente: tiempoar.com.ar

Artículos relacionados → Ver más