Con la llegada prevista de mayores volúmenes brasileños y el aumento de la demanda tras el periodo estival, las perspectivas para el mercado del mango eran muy halagüeñas. Sin embargo, las huelgas en los puertos de Amberes y Róterdam la semana pasada lo han echado todo por tierra. "Aún no sabemos en qué estado saldrán los mangos de los barcos; una situación que podría causar cierta presión en el mercado", afirma Ive Lambert, de ADW Fresh Trade.
© ADW Fresh Trade
"Estos días había docenas de contenedores esperando en el puerto", prosigue. Aunque ambas empresas ya operaban bajo la enseña del Grupo A. De Witte, Starfruit (donde Ive trabajaba anteriormente) y Central Fruit, se unieron el 1 de octubre para formar ADW Fresh Trade. "Puede que la huelga se haya sofocado, pero sigue habiendo tensión y retrasos. Los retrasos no se van a solucionar de la noche a la mañana. Llevará días. Y mientras tanto, siguen llegando nuevos barcos, así que se acumula el trabajo. Además, anteriormente ya se habían producido retrasos. Por ejemplo, uno de los barcos había sido transbordado a otro, lo que, en cualquier caso, suponía entre 7 y 8 días de retraso. Ahora eso se eleva a casi 15 días, lo que dificulta las cosas, sobre todo para productos perecederos como la fruta".
"En el caso de los mangos, la situación conlleva una limitación de los volúmenes disponibles", explica Ive. "Por ahora, los retrasos no han provocado grandes aumentos de los precios. Se registran precios de entre 6 y 7,50 euros, con algunos valores atípicos de hasta 8 euros para el producto de calidad superior, así que han subido ligeramente, pero pronto habrá algo más de presión en el mercado. Todavía hay mucha fruta en los barcos, pero la pregunta es: ¿en qué estado saldrá de esos contenedores? Si la calidad del producto es solo mediocre, habrá que venderlo rápidamente o deshacerse de él a precios de dumping. Y eso puede afectar a todo el mercado. Demasiado dumping hace que todo tienda a la baja, incluso a largo plazo".
Caída de la oferta entre la temporada brasileña y la peruana
Y esto está sucediendo en un momento en el que parecía que empezaba a haber un pequeño boom en el mercado del mango. "Agosto y septiembre son tradicionalmente meses algo más tranquilos para el mango. Durante los últimos años, un factor importante ha sido que en esta época suelen llegar al mercado muchos mangos israelíes, que muchos clientes rechazan. Luego la situación se calma durante un tiempo, pero desde octubre las cosas han cambiado ligeramente. Ahora dependemos de España, donde la temporada casi ha terminado, y de Brasil. Por ahora está llegando sobre todo Keith, además de un poco de Kent, Tommy y Palmer. Los volúmenes de Brasil están aumentando, pero en dos o tres semanas esperamos cifras mayores".
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El equipo del Grupo A. De Witte en la presentación de la enseña de ADW Fresh Trade en la última Fruit Attraction.
Para entonces, sin embargo, habrá un nuevo motivo de preocupación. "Parece que la cosecha brasileña va a terminar antes de lo normal. Normalmente disponemos de buenos volúmenes hasta finales de diciembre, pero esta vez probablemente lleguemos solo hasta finales de noviembre. Y Perú se ha retrasado. Dicen que esperan empezar en la semana 48 o 49, así que esperamos una oferta escasa de cara al periodo navideño. Así pues, es probable que en diciembre se produzca una brecha en el suministro. Incluso con barcos rápidos, no tenemos mucho margen. Por eso estamos ahora haciendo estimaciones y planificando a largo plazo. Diciembre es un mes importante para los productos exóticos, y si luego te faltan mangos, que al fin y al cabo es un producto importante, eso supone un estrés adicional".
Fluctuaciones en el precio del maracuyá
Aparte del mango, las cosas tampoco están mucho más fáciles para el maracuyá, argumenta Ive. "Estos meses están demostrando que trabajar en este sector es de todo menos aburrido. Pero, por otro lado, si fuera fácil cualquiera podría hacerlo", afirma el comerciante, tratando de relativizar los problemas. "Con el maracuyá se están produciendo muchas fluctuaciones. Esperábamos un mayor suministro a partir de junio y julio, y así fue durante un tiempo; de hecho, fue incluso mayor de lo previsto, pero de repente cayó con fuerza. Los precios, que oscilaban entre 16 y 18 euros, cayeron hasta un mínimo de 7 euros, pero ahora están subiendo de nuevo a 12-14 euros, y parece que van a seguir subiendo".
"Hablamos de fluctuaciones sustanciales, y lo que me sorprende a veces es que los productos sigan vendiéndose a pesar de los altos precios. Uno tiende a asumir que debe haber un límite máximo aceptable, y lo hay, pero las coliflores, por ejemplo, se acaban comprando incluso aunque estén carísimas. Por un lado, la gente es consciente del precio, pero si se les ofrecen los productos adecuados, parece estar dispuesta a pagarlo".
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