Con las recientes huelgas en los puertos de Amberes y Róterdam, ha vuelto a plantearse la cuestión de cómo hacer frente a los retrasos y problemas operativos resultantes. "Es desagradable y a nivel micro puede resultar frustrante, pero a gran escala vemos que estamos ya preparados como industria para responder con flexibilidad. Ya disponemos de los instrumentos necesarios. Durante la pandemia del coronavirus, así como las recientes huelgas, siempre hemos sido capaces de mantener con éxito la actividad del sector", afirma Steve Alaerts, de la firma belga Foodcareplus.
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Hace unos días se anunciaron nuevas huelgas de celo en el puerto de Amberes para principios de noviembre. "Cuando se anuncian huelgas, siempre se plantea la cuestión de cómo prepararnos de manera eficaz para ellas", prosigue. "Es necesario distinguir entre importaciones y exportaciones. Un análisis de las cargas de importación revela que estas presentan una menor flexibilidad. Es difícil para las empresas cambiar el destino en caso de huelgas en un puerto, porque las navieras han establecido sus planes de transporte de forma que los contenedores se manipulen según un plan de descarga ya fijado. Las cargas que tienen que ir a Amberes, por ejemplo, se colocan en un lugar concreto del barco, por lo que trasladarlas a otro puerto no resulta fácil. Hacer ajustes en la planificación de la carga suele implicar unos costes elevados y no siempre resulta práctico. Sin embargo, hay situaciones en las que una naviera puede decidir saltarse un puerto de escala y descargar la mercancía en otro lugar, por ejemplo, en Róterdam en lugar de Amberes".
"Sin embargo, es importante recordar que lo que cuenta no es la hora prevista de llegada al puerto, sino la hora de llegada al cliente final. Hablamos de un cambio de mentalidad crucial y necesario en las cadenas de suministro modernas. En general, uno o dos días de huelga no son algo por lo que haya que ponerse nervioso. La congestión en los puertos europeos, y en el transporte en general, es un problema estructural y los retrasos son algo habitual para lo que muchos proveedores de servicios logísticos ya han adaptado totalmente sus procesos empresariales. Lo que cuenta en última instancia es el tiempo de tránsito hasta el destinatario final. Independientemente de si un buque llega por Róterdam o por Amberes, lo más importante es que la carga llegue a tiempo al cliente".
Procesos cambiantes
Steve señala que la flexibilidad del sector es un factor importante en este sentido. "Con las importaciones, el reto es algo mayor, pero con las exportaciones ya tenemos mucha más flexibilidad. Si un barco se retrasa o un puerto es inaccesible debido a una huelga, a menudo la carga puede partir desde otro puerto. La proximidad de los puertos en Europa y nuestra red de socios operativos hacen que esto sea relativamente fácil. Si trabajas solo desde un puerto, tienes que responder de otra manera, pero nuestras operaciones abarcan redes de toda Europa. Esto es especialmente cierto en el caso de productos como plantas y productos fitosanitarios, para los que podemos desplazar los procesos dentro de Europa. Eso nos da una clara ventaja sobre los sectores que trabajan con productos animales, que gozan de una flexibilidad mucho más limitada".
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Steve Alaerts (segundo por la izquierda) con Henning Goedecke, Diego Barriga (Foodcareplus) y Jan Zobel (Heuer Logistics) en la pasada Fruit Logistica.
"Es evidente que los retrasos afectan sobre todo a productos perecederos como la fruta y las hortalizas. La calidad puede verse afectada, y hace falta una buena planificación para garantizar que los productos lleguen en buen estado al cliente final. Como sector, disponemos de los recursos y procesos necesarios para actuar con rapidez. Por ejemplo, si un contenedor llega a Amberes en vez de a Róterdam, tenemos la capacidad para que la mercancía se siga manipulando con la misma eficacia. A veces será necesario que los camiones viajen un poco más lejos, pero operativamente es bastante factible".
Contingencias
Por tanto, considera que aunque estos retrasos pueden, evidentemente, resultar muy molestos, hoy en día se puede estar bien preparado para lidiar con ellos. "Cabe recordar que los retrasos en un puerto siempre repercuten en otros, sobre todo si estos últimos son el siguiente en el plan de navegación tras el puerto paralizado. En la práctica, sin embargo, hemos visto que nuestros equipos responden adecuadamente y encuentran soluciones logísticas. Las recientes huelgas y problemas en Róterdam y Amberes demostraron que podemos actuar con éxito incluso en tales casos de crisis. Por supuesto, esto nunca es lo ideal cuando se manejan productos perecederos, pero la entrega al cliente final sigue estando garantizada".
"Nuestro sector está bien preparado para este tipo de perturbaciones. Tenemos planes de contingencia; podemos manipular los contenedores con flexibilidad y garantizar el acceso al mercado, independientemente de que la carga llegue a Bélgica, Francia o Países Bajos", explica Steve. "Esto implica costes adicionales y a veces pérdidas de calidad, pero no se interrumpe el proceso. Esta flexibilidad logística nos permite mantener los flujos de mercancías incluso en tiempos inciertos y garantizar que los productos acaben llegando al cliente final. Todo esto demuestra que la agilidad logística y la experiencia en el sector son cruciales. Hemos aprendido que la llegada de los buques no es lo único que cuenta, sino todo el proceso, desde el puerto hasta el cliente final. Y a pesar de los retos, nuestros equipos trabajan con firmeza en la búsqueda de soluciones, como ya demostramos antes durante otras crisis, como la de la pandemia".
Para más información:
Steve Alaerts
Foodcareplus Logistics
Oudeleeuwenrui 25
2000 Amberes (Bélgica)
Tel.: +32 3 242 91 50
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