En Bélgica, algo que empezó por casualidad lleva ya 20 años funcionando. Jan y Alec Van den Heuvel, padre e hijo, están construyendo una empresa familiar moderna. Su fortaleza reside no solo en sus productos, sino sobre todo en su visión y colaboración, según indican.
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"No hay dos proyectos iguales. Aunque los envases parezcan similares, los pequeños detalles marcan la diferencia. La transparencia, la comunicación clara y atreverse a decir las cosas como son: eso lo he llevado conmigo todos estos años. Además, nuestra profesión es cada vez más técnica. Seguir pensando en los envases del mañana es vital para nuestro sustento", explica Jan.
De representante a desarrollador
En sus inicios, VDH actuaba principalmente como agente de fabricantes de envases en el mercado hortofrutícola. Pronto se orientó hacia el desarrollo y la producción propios, incluida VDH Polska, especializada en la perforación de LDPE y papel. "Hemos desarrollado nuestra propia máquina capaz de perforar monomateriales con extrema precisión". La empresa evolucionó así de representante a proveedor integral, centrándose en la cocreación y la innovación.
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Alec se incorporó a la empresa hace unos seis años, añadiendo una nueva dimensión: la digitalización. El cambio a un sistema ERP totalmente nuevo impulsó notablemente la eficiencia. "Ahora nuestro personal puede centrarse en la esencia de nuestro trabajo en lugar de en la administración. Y nos comunicamos más rápido con los clientes, desde el presupuesto hasta la asistencia", afirma.
© VDH PackagingInterpom 1993. Jan con el ministro de Agricultura.
Estas dos generaciones que trabajan juntas son dinámicas, a veces crean fricciones, pero sobre todo son complementarias. A estas alturas, sus funciones están claramente definidas: Alec dirige las operaciones cotidianas, y Jan se centra en la innovación y la visión. Juntos determinan la estrategia.
La innovación como motor
Desde el principio, la necesidad de innovar ha sido fundamental para esa estrategia. "Combinamos la tecnología con materias primas sostenibles, como el papel monolaminado reciclable que se puede soldar por completo, y el LDPE a base de reciclado o caña de azúcar".
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Pero, para VDH, la sostenibilidad nunca ha sido un objetivo en sí mismo. "Los envases solo son sostenibles si realmente funcionan. Deben garantizar la vida útil, el procesamiento debe funcionar sin problemas y los consumidores deben poder utilizarlos", afirma Jan.
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Alec añade: "Controlamos constantemente el triángulo de rendimiento técnico, huella ecológica y relevancia comercial. Por eso preferimos implicar a los clientes en la fase de desarrollo, para poder responder con mayor rapidez".
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En la actualidad, VDH suministra a toda Europa e incluso más allá, hasta Canadá, Australia y Estados Unidos. "Es exigente, pero si sigues creando y creciendo, como persona y como empresa, es el mejor trabajo que existe", concluyen los dos hombres.
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