El inicio de la campaña de cítricos está siendo más pausado, principalmente debido a factores biológicos que han provocado una maduración más tardía de la fruta, así como al solapamiento con el final de la campaña de mandarinas del hemisferio sur.
"La transición entre ambos hemisferios se está desarrollando conforme a lo previsto. Cada vez se importa una mayor cantidad de mandarinas tipo easy peeler procedentes del hemisferio sur, con plazos de llegada más amplios. Esta situación provoca que las variedades tempranas nacionales coincidan en el mercado con dicha competencia", explica Javier Usó, gerente de Frutínter.
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"Dado que competir por precio resulta inviable frente a estos productos, apostamos por diferenciarnos través de la calidad y el valor añadido. Esto incluye ofrecer mandarinas con hoja, desarrollar packagings exigentes y personalizados, y garantizar una trazabilidad y frescura que los productores del hemisferio sur no pueden igualar", afirma.
Con sede en Onda, Castellón y central de envasado también en Villarreal, así como centros de distribución y puntos de venta en Mercabarna y Mercamadrid, Frutínter manipula anualmente entre 130.000 y 135.000 toneladas de cítricos. Esta cifra refleja el volumen de producto que la empresa gestiona en sus instalaciones, consolidando su posición como uno de los referentes del sector hortofrutícola.
Para esta campaña se prevé una reducción de la cosecha de clementina. "El descenso en la producción se prevé principalmente en las variedades del centro de campaña, como la Clemenules y la Clemenvilla", aclara Usó. "En cambio, las variedades tempranas presentan una disponibilidad más amplia, y para la segunda parte de la campaña se espera una cosecha más abundante y de mejor calidad".
"No anticipamos momentos de escasez, ya que las variedades de segunda temporada de mandarina se están incorporando al mercado con mayor antelación, lo que permite mantener una oferta continua y estable", avanza.
Respuesta desfavorable del mercado a los altos precios de las clementinas tempranas
Los precios de compra en campo durante el verano han sido elevados, especialmente en variedades como Oronules, Clemenules y otras variedades extra tempranas. Sin embargo, de acuerdo con Javier Usó, la respuesta del mercado ha sido desfavorable en el caso de las variedades tempranas.
"La fruta ha madurado entre 10 y 15 días más tarde de lo previsto, lo que ha generado una acumulación de volúmenes en oferta. Como consecuencia, los precios de venta en muchos casos no están cubriendo los compromisos adquiridos con los agricultores. Actualmente, los precios de la Oronules en los mercados son muy bajos, y aún queda una cantidad considerable por recolectar en campo. Este escenario supone un precedente preocupante para la Clemenules, la siguiente variedad en comercialización".
"Para alcanzar los retornos pactados este verano con los productores, será necesario remontar los precios, una tarea compleja pero no imposible. Con la desaparición progresiva del exceso de oferta, confiamos en que la demanda contribuya a estabilizar y elevar los niveles de precio", indica Usó.
Respecto a la naranja, la campaña ya ha comenzado con la variedad Navelina. "Las previsiones apuntan a una cosecha normal en todo el espectro varietal. En el caso concreto de la Navelina, este año se aprecia una calidad superior del producto, así como unos precios adecuados que están siendo bien aceptados por los mercados", avanza. "Gracias a esta mejora en la calidad, se espera un incremento en el volumen comercializable, ya que el aprovechamiento de las partidas será mayor y el consumidor recibirá un producto más atractivo y homogéneo".
Se reduce la cosecha de países terceros este año, pero su producción tiende al alza
"Aunque en determinados países productores de la cuenca mediterránea pueda registrarse una merma puntual en la cosecha, la tendencia estructural del mercado es hacia un incremento global del volumen disponible. Esto se debe a la entrada en producción de nuevas plantaciones que cada año amplían la oferta", avisa el gerente de Frutínter.
"Por tanto, si bien pueden darse oportunidades coyunturales para sostener precios más altos, la presión competitiva internacional sigue siendo elevada. La clave estará en diferenciarse por calidad, servicio y valor añadido para mantener una posición sólida en el mercado", sostiene.
De acuerdo con Javier Usó, "bajo las circunstancias actuales, resulta complicado que esta campaña sea plenamente positiva para todos los eslabones de la cadena. Aunque no es imposible, los retos que se presentan —como la presión sobre los precios, la competencia internacional, la gestión de los volúmenes y la calidad del producto—, dificultan que todos los actores (productores, comercializadores y distribuidores) puedan obtener resultados óptimos de forma simultánea. Será necesario un esfuerzo coordinado y una estrategia clara para equilibrar intereses y lograr una campaña lo más provechosa posible".
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