La variedad precoz de clementina Caffin ya se ha terminado, y es el momento de la Fine de Corse, la variedad emblemática de Córcega. Este año, Agrucorse ha decidido combinar el trabajo tradicional con la innovación integrando la inteligencia artificial para anticipar mejor la cosecha.
La Fine de Corse toma protagonismo 
© AgrucorseLa variedad estrella de la temporada toma el relevo de la Caffin en los lineales: la Fine de Corse. Esta variedad destaca por su jugosidad (46%) y sus 12° Brix. "La Caffin es una variedad precoz con un color naranja muy vivo. En cambio, la Fine de Corse, que también representa la mayor parte de los volúmenes, tiene un tono verde más intenso. Este color naranja verdoso a veces intriga a los consumidores", explica Pierre-Marie Donati, productor de clementinas. "Aquí, las noches son todavía un poco suaves para que desaparezca toda la clorofila, porque la única forma de 'anaranjar' la piel de la clementina es que haya una gran amplitud térmica entre el día y la noche. El resultado es una piel parcialmente verde, pero una pulpa naranja perfectamente madura, equilibrada, jugosa y generosamente dulce".
En cuanto a la campaña, que comenzó hace casi un mes, unos días antes que el año pasado, de momento va bien. "Los volúmenes deberían intensificarse esta semana. Hemos tenido un buen comienzo de campaña, y se espera que así continúe hasta el final, siempre que no haya incidentes meteorológicos que afecten a la cosecha", señala Cécile Donati.
"IA para una gestión más precisa, sostenible y tranquila de las cosechas"
En 2025, Agrucorse recurrió a la inteligencia artificial para controlar el calibre y la coloración de los frutos en los campos. "Una primicia en la citricultura corsa", afirma la empresa. Normalmente, después del cuajado, se miden las clementinas para controlar su crecimiento. "A lo largo del año se miden miles de frutos con un calibrador en los campos", indica un técnico de Terre d'Agrumes, "y hay que analizar manualmente otros tantos valores". Es un trabajo tedioso, pero esencial para prever los volúmenes de cada calibre. Este año, sin embargo, la empresa ha optado por probar una aplicación desarrollada por la start-up Aerobotics, que usa simples fotos tomadas en los campos para analizar el calibre, la coloración y los posibles defectos de miles de clementinas. A partir de todos estos datos, la herramienta dibuja una curva de crecimiento del fruto, semana a semana, que va evolucionando hasta predecir su calibre en el momento de la cosecha.
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Este año es una fase de prueba, pero los primeros resultados son prometedores. "De momento, estamos combinando los dos métodos para obtener una muestra y comparar los resultados. Además, todavía estamos en la fase de aprendizaje de la IA, ya que tenemos que enseñarle a identificar los defectos significativos", explica Cécile Donati. Esto ahorra mucho tiempo, sobre todo al equipo técnico, que puede concentrarse en otras tareas.
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Cécile Donati
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