Un tema central en la conferencia de la Unión Mundial de Mercados Mayoristas (WUWM) ha sido el papel de los mercados mayoristas en la sociedad urbana contemporánea. Valérie Vion, de la WUWM, destacó cómo, en un mundo en el que más del 70% de la población vive en ciudades, estos mercados son mucho más que reliquias históricas. Son infraestructuras públicas estratégicas que fomentan la seguridad alimentaria, la regulación económica, la sostenibilidad y el compromiso social.
Andrea Magarini, director del Departamento de Política Alimentaria de la ciudad de Milán, ofreció una visión concreta de cómo las ciudades y los mercados se apoyan mutuamente. Milán lleva ya tres años trabajando con la WUWM para que los mercados locales se adhieran al Pacto de Política Alimentaria Urbana de Milán, activo ya en más de 330 ciudades de todo el mundo. Un estudio reciente llevado a cabo en las ciudades adheridas al pacto reveló que muchos departamentos de política alimentaria no mantenían ningún tipo de conexión con su mercado mayorista local. Esto ofrece oportunidades para nuevas conexiones y una mejor colaboración.
© Benjamin Brolet
Andrea Magarini en un panel de la pasada conferencia de la WUWM.
Los mercados mayoristas como laboratorio viviente
"Los mercados mayoristas no son solo lugares de comercio", argumenta Vion. "Son espacios públicos que conectan la producción y el consumo, lo urbano y lo rural, la economía y la solidaridad. Ayudan a redistribuir, informar e innovar".
Según Andrea, "en Milán, esto resulta muy visible. La ciudad está construyendo una cocina central y un almacén para comidas escolares dentro del mercado mayorista. Además, el mercado funciona como un 'laboratorio viviente' para políticas alimentarias, con departamentos municipales y responsables políticos trabajando codo con codo junto a productores y distribuidores en tiempo real".
Los mercados también desempeñan un papel importante en la lucha contra el desperdicio de alimentos. En Milán se han creado centros permanentes para la redistribución de excedentes en colaboración con cinco organizaciones benéficas y el ayuntamiento. Un ejemplo similar es Mercabarna, en Barcelona, que redistribuye más de 1.500 toneladas de alimentos al mes mediante logística social.
Tecnología
Según Vion, la nueva generación de mercados mayoristas es digital, sostenible, conectada y esencial para la soberanía alimentaria. Pero la innovación va más allá de la tecnología. "Debe ir de la mano de la innovación social, la inclusión y una gobernanza compartida. En Milán y otras ciudades, los mercados públicos están activamente vinculados a programas alimentarios, comedores escolares y educación, de modo que no son meros centros económicos, sino también sociales y educativos".
"La gobernanza desempeña aquí un papel crucial. Algunos mercados son 100% públicos, mientras que otros son de propiedad mixta. Una colaboración eficaz entre municipios, mercados y organizaciones de la sociedad civil potencia el impacto de la política alimentaria urbana y refuerza el tejido social de la ciudad".
Una alianza mundial por la soberanía alimentaria
La alianza entre la WUWM y el Pacto de Política Alimentaria de Milán conecta ya a cientos de mercados y ciudades de todo el mundo. Juntos, luchan por un objetivo común: lograr que los alimentos sean un bien común, accesible de forma sostenible para todos. "La infraestructura existe, la tecnología está lista y tenemos los conocimientos necesarios", subraya Vion. "Lo que hace falta ahora es voluntad política colectiva para ponerlo todo en marcha y lograr que resulte viable para productores, consumidores y comunidades".
"En Milán, Barcelona, Seúl y otras ciudades vemos cómo los mercados unen economía y planeta, tecnología y humanidad. Son laboratorios vivientes de sostenibilidad, dando una forma concreta a la solidaridad y la soberanía alimentaria".
Para más información:
Andrea Magarini
Departamento de Política Alimentaria Milán
www.milanurbanfoodpolicypact.org
Valérie Vion
WUWM
www.wuwmbrussels2025.com