En esta época del año, Estados Unidos depende principalmente de California para su abastecimiento de uva y, normalmente, se inicia la transición a las importaciones de Perú. Sin embargo, este no es un año típico, pues California ha sido testigo de numerosas lluvias en las últimas cuatro a seis semanas que han hecho mella en la calidad. "Mientras que California envía hasta finales de diciembre en una temporada normal, algunos productores no podrán llegar hasta finales de noviembre con las uvas blancas sin semilla", dice Ira Greenstein, de Direct Source Marketing.
Piura se reorienta a otros mercados
Debido a la temprana temporada de California, EE. UU. dependerá de Perú mucho antes. Sin embargo, la región más temprana de Perú, Piura, en el norte, también se ha visto afectada por las lluvias y, como consecuencia, los volúmenes han disminuido. Además, esta región está redirigiendo parte de su suministro a otros mercados. "Como resultado de los aranceles, Piura enviará menos fruta a EE. UU. y, en su lugar, pondrá el foco en Europa y Asia". Estos mercados reciben las uvas de Piura con los brazos abiertos en vista de los episodios de lluvia que se han dado en otras partes del mundo. La India, uno de los principales exportadores a Europa, ha sufrido lluvias perjudiciales y se espera que pierda el 40% de su cosecha de uva de mesa. Además, la producción de uva en la región sudafricana del río Orange también se ha visto afectada por las lluvias. "Esta temporada, parece que la lluvia está afectando a la cadena de suministro de la uva en todo el mundo", señala Greenstein.
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Uvas AutumnCrisp en Perú a ocho semanas de la cosecha.
Caída en el volumen de Perú
Con los volúmenes de Piura a la baja, Perú ha exportado significativamente menos volumen al mercado estadounidense en lo que va de temporada. Hasta la semana 45, se han enviado a EE. UU. 2,5 millones de cajas, frente a los 3,3 millones de cajas de la semana 45 del año pasado. Se trata de una reducción del 25% en comparación con la temporada pasada, pero la diferencia con la temporada 2023/2024 es aún más sustancial. En aquel entonces, se habían enviado casi 6 millones de cajas a EE. UU. en la semana 45, una diferencia abismal del 60%.
La aportación de Brasil es insignificante
¿Podría la demanda estadounidense ser satisfecha por otros países productores? En años anteriores, Brasil enviaba a EE. UU. entre 3 y 4 millones de cajas de uva de mesa por temporada, la mayoría de las cuales eran uvas verdes sin pepitas. Sin embargo, un arancel del 60% ha provocado que prácticamente no llegue uva de mesa de Brasil a EE. UU. esta temporada.
Los volúmenes no alcanzarán su punto álgido hasta enero
Esto significa que todo el mundo espera con impaciencia el inicio de la producción en la región meridional peruana de Ica. Si surgen demasiados problemas esta temporada, los envíos desde Ica se retrasarán. "Todo el mundo podó pronto con el objetivo de empezar los envíos a finales de noviembre", explica Greenstein. Sin embargo, el frío está haciendo que los niveles de Brix se desarrollen lentamente, lo cual retrasa la temporada de dos a tres semanas. El pico de llegadas a EE. UU. estaba previsto inicialmente para las dos primeras semanas de diciembre, pero se ha retrasado a las dos últimas semanas de ese mes. "De hecho, las llegadas desde Perú no alcanzarán su verdadero punto álgido hasta la primera semana de enero".
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Los altos precios frenan el consumo
En un primer momento, al sector no le preocupaba la ausencia de Brasil y el temprano final de California, ya que Piura e Ica, en Perú, compensarían la escasez de oferta de estas dos regiones. Sin embargo, el comienzo extremadamente lento de Perú se traducirá en una oferta irrisoria de uvas de mesa en diciembre. "Creo que el precio spot seguirá siendo elevado hasta enero, porque llevará tiempo reabastecer la cadena de suministro", observa Greenstein. Los precios elevados son motivo de gran preocupación, pues el coste de los alimentos ya es muy alto en general y los consumidores se verán obligados a elegir. La uva de mesa sigue considerándose un artículo de lujo que se compra por impulso, y su consumo está directamente relacionado con el precio del kilo. El pasado verano, el consumo de uva de mesa en EE. UU. descendió y, con unos precios que solo se espera que suban, las perspectivas de consumo para los próximos meses son poco alentadoras.
Greenstein agradece tener una operación integrada verticalmente, ya que les permite controlar la cadena de suministro. En las fincas de Perú han hecho una fuerte inversión en las uvas AutumnCrisp® y Ruby Rush® de Sun World. "Con estas dos variedades ganadoras, estamos bien posicionados para los próximos años". Esta próxima temporada, la empresa espera 650.000 cajas de uvas AutumnCrisp® de Perú y esa cifra aumentará a más de un millón de cajas en los próximos dos años.
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