La campaña chilena de cerezas 2025 comenzó con adelanto respecto a años anteriores y bajo condiciones meteorológicas dispares entre las distintas zonas productivas. Según explicó Martín Toro, gerente comercial de San Clemente, las primeras cosechas partieron con variedades tempranas como Frisco y Nimba, seguidas por Santina, que se consolida como la preferida por su firmeza y comportamiento poscosecha.
"Hoy vemos que es más exitoso invertir en manejo y tecnología para adelantar una buena Santina que apostar por nuevas variedades que aún no convencen al mercado", señaló Toro.
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De acuerdo con la primera estimación del Comité de Cerezas, la temporada 2025-2026 alcanzaría un volumen cercano a 131 millones de cajas de 5 kilos, aunque tras recientes lluvias se proyectan cifras más cercanas a los 120-125 millones, niveles similares a los de la campaña pasada. Las tres variedades principales —Santina, Lapins y Regina— representarían más del 70% del total exportado, con 44,5, 43 y 21,2 millones de cajas respectivamente.
El principal destino continúa siendo China, que concentra más del 95% de los envíos chilenos. San Clemente proyecta 2 millones de cajas exportadas, equivalentes a 11,5 millones de kilos, con un aumento asociado a nuevos huertos y productores incorporados. No obstante, la compañía busca recuperar la diversificación de mercados, con el objetivo de alcanzar nuevamente un 30% de sus exportaciones fuera de Asia. "Seguimos apostando por China, donde tenemos oficina propia (SVA Fruits) y un equipo local liderado por Max Leiva, pero también estamos retomando conexiones comerciales en otros destinos", indicó Toro.
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El inicio anticipado de cosecha y el Año Nuevo chino tardío (17 de febrero) podrían beneficiar la distribución de fruta en destino, extendiendo la ventana comercial. Sin embargo, Toro advierte que el desafío de la industria chilena pasa por "mantener la reputación de calidad y enviar solo fruta que cumpla las exigencias del mercado chino".
En términos de precios, el ejecutivo estima retornos un 10-15% superiores a los del año pasado, aunque prefiere cautela tras una temporada previa "para olvidar". Los primeros precios en origen se muestran más bajos que en 2024 respecto a las mismas semanas, reflejando un mercado sensible a la oferta y la demanda.
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San Clemente, además de cerezas, trabaja con manzanas, uvas, clementinas y mandarinas de Chile, arándanos de Perú y cerezas de Inglaterra, que completan su calendario anual. La empresa finalizó en noviembre los últimos embarques de manzanas, y Toro calificó la campaña como "positiva, aunque con retornos más bajos que en 2024".
"El alza de las tarifas marítimas impactó directamente los resultados, con un incremento cercano a un dólar por caja en el costo logístico", explicó. Aun así, destacó que se logró comercializar la totalidad del volumen, con buena recepción en los principales destinos.
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Las variedades Royal Gala, Pink Lady y Fuji siguen siendo las más relevantes para la empresa. La Royal Gala, por su versatilidad, se exporta a Europa, Norteamérica, Asia y Latinoamérica, lo que permite mantener cierta estabilidad en precios y retorno. En cambio, Pink Lady, cuyo principal destino es Europa, enfrenta una ventana comercial cada vez más estrecha debido a la competencia de Italia y Francia, lo que ha generado una presión adicional en precios.
"Las variedades monomercado, como la Fuji —que va casi en su totalidad a Taiwán—, enfrentan más competencia de Nueva Zelanda, lo que reduce los márgenes", añadió Toro.
"Respecto a la uva de mesa, esperamos un crecimiento del 20% en volumen gracias a la maduración de nuevos huertos en la zona de Ovalle. Las condiciones climáticas del invierno y la primavera han sido favorables, lo que anticipa buena calidad, calibres uniformes y óptimas condiciones de exportación", concluyó.
Para más información:
Martín Toro
San Clemente
Chile
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