La reciente suspensión del Systems Approach para la uva chilena con destino a Estados Unidos ha generado inquietud en la industria, especialmente entre los productores del norte del país. Según Leonardo Marchant, gerente de GLS Exports, la medida implica "un duro golpe" para la competitividad de la fruta chilena, para los productores del norte del país, al obligar nuevamente a la fumigación con bromuro de metilo a su llegada a destino.
© GLS Fruit Exports
Aunque GLS no se ve directamente afectada —al operar principalmente en la zona centro-sur, donde ya estaban obligados a fumigar—, Marchant confirma que el principal impacto recae en la calidad: la fruta debe ser calentada, fumigada y recalada en frío, un proceso que "deteriora notablemente la condición" y limita la posibilidad de despachos directos a supermercados, obligando a pasar por puntos de fumigación intermedios. Esto, según afirma, genera una desventaja clara frente a Perú, que solo requiere tratamiento de frío en tránsito, sin alteraciones en la cadena de frío.
En cuanto a la temporada de uva 2025/26, GLS iniciará sus envíos a fines de enero. Hasta ahora, la fruta "se ve muy bien en campo, con buena producción y calidad", aunque Marchant advierte que todavía es temprano para proyecciones firmes. Con respecto al mercado, reconoce que la creciente presencia de Perú podría presionar los precios a partir de enero, cuando aumenten los volúmenes disponibles.
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En naranjas y mandarinas —dos pilares para GLS en Norteamérica— la temporada estuvo marcada por la aplicación de tarifas del 10% en Estados Unidos. Sin embargo, el impacto final fue más moderado de lo previsto.
En el caso de las naranjas, la campaña comenzó con buenas expectativas, aunque Sudáfrica adelantó envíos antes de la entrada en vigor de sus tarifas, saturando el mercado spot. Aun así, Marchant califica la temporada como "normal", con retornos adecuados, especialmente en calibres medianos y pequeños, donde la demanda fue sólida.
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La mandarina vivió un escenario similar. Pese al fuerte aumento de producción en Chile y a las tarifas vigentes, el mercado reaccionó mejor de lo proyectado inicialmente. "Había expectativas muy bajas, pero el retorno final será razonable para los productores, aunque inferior al del año pasado", explica. La temporada ya concluyó, con los últimos embarques despachados en octubre.
GLS mantiene una diversificación relevante de destinos: solo un 20% de su uva de mesa se dirige a Estados Unidos, mientras que el resto se orienta principalmente a Asia, Europa y Canadá.
En paltas, la empresa proyecta un aumento de volumen exportado este año, no por mayores cosechas propias, sino porque los productores locales optaron por exportar más ante precios internos menos atractivos que en 2024.
Para el 2026, Marchant identifica la uva como el producto que podría enfrentar mayores desafíos: altos volúmenes de Perú, presión a la baja en precios y restricciones logísticas en EE. UU. "El mercado está muy bueno ahora, pero eso debería cambiar una vez que aumenten los arribos", advierte.
Para más información:
Leonardo Marchant
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Chile
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