Estados Unidos levantará los aranceles adicionales aplicados a varios productos agrícolas de Brasil —entre ellos carne de res, café y tomates— según un decreto difundido el jueves en la web de la Casa Blanca. La medida llega en un momento en que el presidente Donald Trump afronta presiones internas para contener el coste de vida en el país.
La orden amplía el ajuste anunciado la semana pasada, cuando la administración decidió rebajar los aranceles "recíprocos" impuestos para responder a prácticas que considera comerciales desleales. No obstante, muchos productos brasileños habían visto incrementos significativos a principios de agosto, coincidiendo con el aumento de la presión de Washington respecto al juicio por golpismo contra el expresidente Jair Bolsonaro, aliado político de Trump.
En ese contexto, la Casa Blanca aplicó un recargo adicional del 40% sobre numerosos bienes agrícolas procedentes de Brasil. Aunque algunas exenciones, como las relativas al zumo de naranja, moderaron el impacto, artículos clave como el café, la carne de res y el azúcar quedaron sujetos a la nueva tasa. El decreto oficializa ahora que "ciertos productos agrícolas no estarán sujetos al arancel ad valorem adicional impuesto" y sostiene que, "entre otras consideraciones relevantes, se han logrado avances iniciales en las negociaciones con el gobierno de Brasil". Las exclusiones se aplicarán de forma retroactiva desde el 13 de noviembre.
La retirada parcial de aranceles se produce en un marco de tensiones comerciales crecientes entre Estados Unidos y socios tradicionales como Brasil. Desde comienzos de 2025, Washington ha intensificado la política de aranceles recíprocos tras declarar una "emergencia nacional por déficit comercial persistente", una estrategia que se extendió a productos agrícolas que el país no produce en cantidades suficientes. Este enfoque generó críticas internas y externas por el efecto directo en los precios al consumidor.
Para Brasil —gran exportador de café, carne de res y frutas tropicales—, estas barreras representaron un freno significativo. El vicepresidente Geraldo Alckmin reconoció que, pese a la retirada de algunas tasas, continúa vigente un arancel adicional del 40% sobre productos esenciales como el café y la carne de res, lo que sigue siendo una "distorsión" importante para el comercio bilateral. Según el Gobierno brasileño, las medidas pusieron en riesgo empleos, cadenas de valor y acuerdos comerciales consolidados.
En paralelo, la administración estadounidense enfrenta la presión de consumidores y minoristas ante el encarecimiento de alimentos básicos como café, tomates y carne de res. Con la inflación todavía alta, el Ejecutivo considera la flexibilización arancelaria como una vía para aliviar los precios en el mercado interno.
Fuente: excelsior.com.mx
