La calabaza se ha convertido en uno de los productos agrícolas con mayor potencial de exportación desde Costa Rica hacia Estados Unidos. Así lo explica Deivin Bermúdez Méndez, gerente general de B&B del Sur, empresa especializada en la producción y exportación de frutos y raíces tropicales. "La calabaza es nuestro producto más importante, lo producimos durante todo el año y representa el mayor volumen de nuestras exportaciones", señala.
La compañía, ubicada en la zona sur del país, ha logrado mantener un ciclo productivo constante gracias a las condiciones climáticas favorables de la región. Sin embargo, la ubicación geográfica también supone un reto: "Estamos más lejos del puerto, lo que incrementa los costos logísticos, aunque al mismo tiempo tenemos menos competencia en el área", explica Bermúdez.
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"La variedad que exportamos es Arjuna F1, un híbrido originario de Tailandia que ha demostrado buena adaptación a las condiciones locales y demanda en el mercado norteamericano. Actualmente, nuestro destino principal son ciudades como Nueva York y Miami, aunque la empresa aún no ha incursionado en Europa, donde las preferencias varietales difieren", indica.
© B&B Del Sur En cuanto al comportamiento del mercado, Bermúdez destaca que "los precios internacionales se mantienen en niveles bajos y estables desde hace varios meses, con muy pocas oportunidades de incremento. En promedio, la caja de 40 libras se comercializa entre 9 y 11 dólares, lo que deja márgenes bastante ajustados", comenta. La fuerte competencia de países vecinos como Panamá y Honduras ha contribuido a esta presión sobre los precios.
Además del contexto comercial, la exportación de calabaza enfrenta otras complicaciones. Uno de los más importantes es el impacto de los aranceles estadounidenses, que rondan el 10% al 15% y afectan directamente la rentabilidad. "Nuestros márgenes rara vez superan ese porcentaje, y ahora es justamente lo que Estados Unidos está aplicando como arancel. Eso nos resta competitividad frente a otros países que no enfrentan las mismas condiciones", advierte Bermúdez.
"A ello se suman los altos costos de producción en Costa Rica, especialmente en cargas sociales y requisitos laborales, que encarecen el producto final. Por otro lado, para acceder a supermercados estadounidenses, los exportadores deben contar con certificaciones como GlobalGAP o SMETA, lo que implica inversiones adicionales en procesos y estándares", enfatiza.
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Pese a estos obstáculos, B&B Del Sur mantiene planes de crecimiento. "Queremos expandirnos a nuevas zonas del país y encontrar más clientes en Estados Unidos. Esta feria, The Global Produce and Floral Show (IFPA), es nuestra primera participación y venimos con la mente abierta a aprender y asumir nuevos retos. Antes no habíamos dado el paso porque queríamos asegurar que podíamos cumplir con los volúmenes y estándares exigidos. Ahora creemos que estamos listos para crecer poco a poco", concluye el gerente.
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Deivin Bermúdez
B&B Del Sur
Costa Rica
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