El pasado mes de noviembre ha sido el primero de implantación obligatoria de la tarjeta digital laboral en todas las empresas alimentarias de Grecia. Se trata de una medida puesta en marcha por el gobierno con el argumento de que combatiría el trabajo no declarado o las horas de trabajo extras no declaradas, lo que supondría un aumento de los ingresos de los trabajadores y de los servicios de la seguridad social. Sin embargo, parece que la realidad es más bien problemática.
Stefanos Apostolidis, propietario de Tasty Fruit y presidente de los departamentos de exportación de la Cámara de Negocios de Emacia, región que concentra una parte esencial de las empresas hortofrutícolas y de la mano de obra, declara a FreshPlaza: "Es una medida que desde el 1 de noviembre está en vigor de forma generalizada en las empresas de nuestra región. Estamos a favor, pero hay problemas de funcionamiento que pueden acarrear multas para los empresarios, y hay que solucionarlos".
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Como explica el Sr. Apostolidis, "muchos trabajadores no pueden utilizar la aplicación digital para escanear su tarjeta digital al entrar o salir de su lugar de trabajo. Esto se debe bien a que, por su edad, no están familiarizados con los teléfonos móviles modernos, bien a dificultades lingüísticas. Por eso decidimos dar a los trabajadores tarjetas de plástico. Sin embargo, el problema es que olviden las tarjetas en casa. En ese caso, el departamento de contabilidad debe encargarse de la declaración digital de su llegada y salida, lo que supone una carga de trabajo adicional para este departamento y, obviamente, el peligro de multas si algo sale mal".
"Además, existe el problema de la salida puntual de los trabajadores del lugar de trabajo. Si alguien, por cualquier motivo fortuito no relacionado con el trabajo, se queda tan solo 15 minutos más y se produce una inspección, entonces de nuevo tenemos una multa", destaca Apostolidis.
Por otro lado, el representante del sindicato local de trabajadores de la alimentación, Dimitris Digkas, describe otro aspecto del uso de la tarjeta digital laboral: "Teóricamente, cada trabajador debe poseer su propia tarjeta, pero esto no es lo que ocurre realmente en muchos casos. Muchos trabajadores ni siquiera han visto nunca sus tarjetas, que conservan los empresarios, que son quienes las utilizan en lugar de los trabajadores, para declarar el comienzo y el final de sus turnos, y en horas distintas de las reales, según sus propios intereses".
"Además, la ley prevé la 'llegada flexible', es decir, la llegada al puesto de trabajo una hora antes del inicio real del turno, lo que puede cubrir hasta cierto punto el uso desincronizado de la tarjeta. En pocas palabras, eso significa que alguien puede trabajar ya una hora antes de que se declare su presencia", explica Digkas.
"Cabe añadir que los organismos de inspección laboral carecen de personal suficiente. En nuestra región, tres o cuatro inspectores son claramente insuficientes para más de un millar de empresas, muchas de las cuales tienen una plantilla de más de 100 trabajadores en diferentes turnos. Lo único que pueden hacer es esperar a recibir denuncias formales. Sin embargo, durante las inspecciones, los empresarios esconden a los trabajadores que no deben ser vistos, incluso dentro de las cámaras frigoríficas. Para nosotros, los pasos necesarios son un convenio laboral colectivo que abarque todo el sector, que defina claramente las tareas, los términos y las condiciones e ingresos de cada categoría de trabajadores, y una dotación adecuada de personal para los organismos de inspección", concluye el sindicalista griego.