Los productores y exportadores de banano de Colombia, Costa Rica, Ecuador, Guatemala, República Dominicana y Perú expresaron un rechazo conjunto a las prácticas comerciales de determinados minoristas europeos, tras la reciente oferta de Lidl de 1 kilo de banano a 0,99 euros.
En un comunicado, el grupo señala que este tipo de estrategias —utilizar el banano como producto de enganche o "loss leader"— genera entre los consumidores la percepción errónea de que se trata de un producto cuyo cultivo no requiere grandes esfuerzos ni costos, cuando en realidad ocurre lo contrario.
Los representantes de los países latinoamericanos subrayan que las exigencias en certificaciones, regulaciones y estándares internacionales continúan aumentando, lo que supone "una elevada carga" para los países productores. En este contexto, vender la fruta a precios que no reflejan esos costes profundiza la presión económica sobre el sector y desvirtúa los mensajes de sostenibilidad que los propios minoristas afirman respaldar.
El comunicado recalca que un compromiso real con la sostenibilidad por parte de los supermercados europeos implica acciones coherentes que reconozcan el valor de la producción responsable. Entre estas acciones, destacan la adopción de precios que reflejen adecuadamente el trabajo necesario para llevar al mercado europeo un banano certificado, trazable y de alta calidad. Asimismo, la comunicación hacia los consumidores debe ser acorde a esos valores, evitando transmitir la idea de que producir banano sostenible es un proceso simple o de bajo coste.
El documento añade que la práctica de fijar precios extremadamente bajos "impone una elevada carga a los países proveedores", ya que dificulta mantener estándares ambientales, sociales y laborales que los mismos minoristas solicitan en sus políticas de abastecimiento. Esta incoherencia, señalan los productores, obstaculiza los esfuerzos realizados durante años para promover una cadena de suministro más justa y sostenible.
Los productores de la región —responsables de una parte significativa del suministro de banano al mercado europeo— hacen un llamado a que los compromisos de sostenibilidad vayan más allá de declaraciones públicas y se reflejen en decisiones comerciales alineadas con las necesidades reales del sector. "Enviar un mensaje apropiado a los consumidores mediante precios que demuestren la magnitud del trabajo que requiere producir banano sostenible es parte fundamental de ese compromiso", afirman en el texto.
El pronunciamiento concluye insistiendo en la urgencia de una mayor coherencia entre discurso y práctica por parte de los minoristas, especialmente en un contexto de crecientes exigencias regulatorias y transformaciones en los modelos de producción. Según el grupo, mantener precios que no reconocen los esfuerzos de la producción sostenible debilita la cadena de valor y pone en riesgo la continuidad de un sector clave para miles de familias en América Latina y el Caribe.
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José Antonio Hidalgo
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