Desde un vivero en Chincha, Mercedes Auris Bravo ayudó a transformar la agricultura peruana a partir de los años 90. Y es que su apasionado trabajo ha sido clave en la expansión de la uva de mesa y la transición hacia variedades licenciadas. Hoy, su vivero lidera en producción de vid en el Perú, además de apostar por la diversificación con arándanos, cítricos, paltas, hortalizas y cultivos del futuro como almendras y cerezas.
La sierra: los inicios de una pionera
Mercedes nació en una familia humilde de la sierra del Perú. Desde muy niña, vendía productos artesanales para subsistir, y su espíritu emprendedor se forjó en la necesidad. "Siempre quise estudiar arquitectura o ingeniería civil, pero no me alcanzaba. Opté por agronomía porque era lo que podía pagar", recuerda.
© Viveros Los Viñedos
Ingresó a la Universidad San Luis Gonzaga de Ica, donde sufrió discriminación por ser mujer en una carrera dominada por hombres. Lejos de desanimarse, encontró su vocación en el trabajo de campo y en la propagación de plantas. "Trabajé en campos, viveros de la estación experimental San Camilo de Ica. Fue ahí donde aprendí a mirar el futuro de la agricultura peruana", cuenta.
En esa etapa, mentores clave le transmitieron una visión clara: el Perú tenía el potencial para convertirse en un gigante agrícola en uva, cítricos y palta. Fue una idea que nunca abandonó.
Terrorismo y renacimiento: el viaje que lo cambió todo
A fines de los años 80, Mercedes trabajaba en un vivero de cítricos y paltos en la selva cuando el terrorismo golpeó de forma brutal. "Atacaron la estación donde trabajaba. La quemaron. Me secuestraron y me golpearon", relata con serenidad. Aquello marcó un punto de quiebre. Decidió marcharse, buscar formación en el extranjero y, sin medios económicos, postuló a una beca para especializarse en manejo de vid en España.
En 1993, viajó a Jerez de la Frontera con solo 200 dólares. "Fui con fe y determinación. No tenía nada, pero sabía que podía aprender mucho". Durante su estancia, se empapó de técnicas avanzadas de propagación y entendió que Perú necesitaba un vivero especializado en uvas de mesa.
© Viveros Los Viñedos
Mercedes llevando plantas de palto a la sierra.
Nace Viveros Los Viñedos
De regreso al Perú en 1994, fundó Servicios Agrícolas Vivero Los Viñedos, con apenas 2.000 plántulas de vid. En aquel entonces, la oferta nacional se limitaba a uvas para pisco. Mercedes supo ver más allá: "Vi la oportunidad en la uva de mesa. Empezamos importando variedades desde Chile: Red Globe, Thompson, Crimson y Flame".
Pero pronto enfrentó un gran desafío: "Los suelos peruanos estaban llenos de nematodos y filoxera. Las plantas no injertadas no sobrevivían". Su solución fue importar portainjertos desde Francia y desde la Universidad de Davis en Estados Unidos. Con ellos, el vivero logró desarrollar plantas más resistentes, marcando un antes y un después en la producción nacional.
Auge exportador y liderazgo técnico
Desde el año 2000, la agroexportación de uvas vivió una verdadera explosión. "Empresas en Chincha, Ica, Piura y Olmos empezaron a plantar miles de hectáreas", cuenta Mercedes. En 2002, Perú comenzó a exportar Red Globe a China, alcanzando precios de hasta 50 dólares por caja de 8,2 kg cada una.
En 2007, su vivero organizó una parcela demostrativa en Piura que reunió a casi 470 personas. "Fue un momento decisivo para la expansión hacia el norte del país. Lo replicamos en Olmos y Arequipa", recuerda.
El giro hacia las variedades licenciadas
Sin embargo, en 2013, los precios de la Red Globe colapsaron: de 50 a 12 dólares por caja. "Era evidente que había que cambiar de variedades. Los mercados pedían nuevas variedades de uvas, sin semillas, de buena fertilidad, de manejo fácil y de mayor rendimiento", señala.
© FreshPlazaPlantas de uva de mesa Allison listas para entregar. Entran 7.500 plantas en un camión, repartidas en tres pisos.
Gracias a sus contactos con casas genéticas como Sun World, SNFL, IFG, ARRA, ANA Chile e ITUM, Mercedes obtuvo licencias para variedades protegidas como Autumn Crisp, Sweet Globe y Allison. A partir de 2014, su vivero lideró la transformación varietal de la viticultura peruana. "Hoy, Perú tiene 22.600 hectáreas de uva licenciada, y el 75% de esas plantas salieron de Viveros Los Viñedos", dice Mercedes, hoy conocida como "la señora vid".
Chincha, el corazón del vivero
Aunque intentó instalar viveros en Trujillo, Piura y Arequipa, solo Chincha ofrecía las condiciones ideales para su sistema de propagación: alta humedad relativa y estabilidad climática. "Desde aquí abastecemos toda la costa peruana, desde Tacna hasta Piura", afirma.
El vivero emplea a 500 personas, lo que lo convierte en un actor económico relevante en la zona. "Hemos crecido con esfuerzo, pero también con la convicción de que el campo peruano tiene un potencial inmenso", dice Mercedes.
Diversificación: más allá de la uva
Actualmente, el 70% de la producción del vivero está enfocada en la uva. "La uva de mesa seguirá creciendo, sobre todo por el recambio varietal. Mientras que con Thompson sacas 2.500 cajas por hectárea, con Autumn Crisp puedes llegar a 5.000", explica. Si bien la uva de mesa es la planta dominante en el vivero, también han incursionado en otros cultivos.
© FreshPlaza
El arándano representa el 10% de la propagación de Viveros Los Viñedos.
En el caso de los arándanos, que representan un 10% de la propagación, a pesar de las restricciones de licencias, el vivero está desarrollando nuevas variedades a través de alianzas con casas genéticas emergentes. En cuanto a los cítricos, como mandarinas y tangelos, la propagación se realiza bajo pedido, especialmente para zonas altas. "Estamos licenciados por Eurosemillas para variedades como Tango. Las mandarinas son fáciles de consumir y tienen buen mercado. Incluso donamos plantas de mandarinas para cosechar en contraestación a la costa", comenta Mercedes.
También producen palta a pedido, sobre todo para zonas de sierra, que tienen ventanas comerciales atractivas. "Somos parte de Green Motion, un proyecto innovador de obtención de variedades de aguacate", apunta Mercedes. Respecto a hortalizas, el vivero produjo en 2022 plántulas de alcachofas para 500 hectáreas, y en 2025 alcanzó material para 2.200 hectáreas. "Tiene buen rendimiento para exportación, pero depende mucho de la disponibilidad de tierras", aclara.
Finalmente, cultivos como pistachos y almendros representan una mirada hacia el futuro, pensando en cultivos mecanizables para nuevas áreas como Majes-Siguas II, que tiene una proyección de miles de hectáreas nuevos, pero donde la mano de obra será limitada.
Un sueño en flor: la cereza peruana
Sin embargo, el nuevo proyecto estrella de Mercedes es introducir el cultivo de cereza en la sierra, en zonas como Ayacucho o Huancayo. "La idea es asociar a pequeños productores y generar ingresos sostenibles", explica. Vamos a iniciar conversaciones con el Banco Interamericano de Desarrollo (BID) para financiar un modelo de producción de alta densidad y construir un centro de empaque en la zona. "La cereza peruana podría tener una ventaja enorme: salir al mercado en septiembre, antes que la chilena. Eso cambia el juego", afirma con entusiasmo.
© Viveros Los Viñedos
Mercedes donando plantas de mandarina W. Murcott a diferentes provincias del departamento de Huancavelica, su tierra natal.
Compromiso social: sembrando futuro en la sierra
Más allá del negocio, Mercedes mantiene un fuerte compromiso con el desarrollo rural. Ha donado miles de plantas a comunidades andinas en Huancavelica y Ayacucho. "Quiero que el pequeño agricultor tenga acceso a cultivos rentables. Siempre que puedo, doy charlas, asesorías, plantas. Es mi forma de retribuir y agradecer todo lo que he conseguido. La agricultura puede ser una palanca de cambio social. Lo he vivido, lo he visto y quiero que otros también lo vivan", concluye Mercedes.
Para más información:
Mercedes Auris Bravo
Vivero Los Viñedos SAC
Panamericana Sur km. 201
Chincha Baja 11750 (Perú)
Tel.: +51 959 391 771
[email protected]
https://vlv.pe/
