Los lichis sudafricanos han experimentado una magnífica recuperación desde el año pasado. A finales de 2024, la marca Laughing Waters tuvo una de las peores cosechas en un cuarto de siglo; un año durante el cual la finca Bekfontein, situada en la región de Onderberg, de la provincia de Mpumalanga, se vio muy afectada por diversos cambios en las condiciones meteorológicas y factores externos. El agricultor y propietario, André Schoeman, lo califica de devastador para él y su comunidad.
Sin embargo, con algunas prácticas deliberadas y regenerativas, como el uso de biocarbón para mantener la salud del suelo, la explotación ha "resurgido con fuerza" y este año ha llevado unos lichis excepcionales al mercado local e internacional. "El tiempo nos ha tratado bien", comenta. "Ahora estamos en nuestra última parcela. Es una parcela grande, con frutos grandes y hermosos. Unos lichis realmente enormes. Tenemos muchos más lichis que otros años, con un tamaño claramente diferenciado del de antes".
© Laughing Waters Lichis enormes: la cosecha de 2025 en la región de Onderberg, Mpumalanga.
Schoeman creó la marca Laughing Waters cuando empezó a cultivar lichis en la finca Bekfontein, el único cultivo que ha conocido durante décadas. El árbol más viejo se plantó en 1982, por lo que tiene 43 años. Schoeman indica que los árboles más viejos siguen produciendo algunos de los lichis más sabrosos y grandes de la finca.
En septiembre, Laughing Waters fue de los primeros en suministrar lichis en Sudáfrica, y la última fruta se envasará a finales de diciembre. De este modo, afirma, se sirve fruta durante tres meses en comparación con el ciclo de seis semanas que suelen esperar los consumidores.
Hasta ahora, la temporada ha sido un éxito, pero no ha estado exenta de contratiempos. Por desgracia, Table Bay, donde se carga la fruta con destino a Estados Unidos y Europa, experimentó un tiempo menos favorable, y Schoeman también tuvo contenedores atascados en el puerto de Ciudad del Cabo y sus alrededores durante el mes pasado, lo que provocó retrasos y, según dice, algunos momentos de tensión.
Ha sido un comienzo de verano inusualmente tempestuoso en toda la zona de lluvias estivales. Recientemente, una fuerte tormenta acompañada de granizo causó importantes daños en lichis, mangos y construcciones a un conocido agricultor de la zona. "Toda la comunidad quedó realmente devastada por esta tragedia", asegura.
© Laughing Waters
El programa de EE. UU. crece cada año
El sector del lichi recibió con alivio la noticia de que Estados Unidos había decidido retirar su arancel del 30% sobre la fruta exótica. El sector lleva mucho tiempo trabajando en el desarrollo de ese mercado, y era innegociable seguir por esa vía. "De hecho", afirma Schoeman, "el programa crece cada año. Es un programa muy bueno, que realmente ha servido de escaparate para los productos sudafricanos. Estamos orgullosos de nuestra oferta".
Schoeman señala que el número de productores sudafricanos de lichi también está creciendo, y atribuye el mérito a la Asociación Sudafricana de Productores de Lichi por su apoyo técnico, que permite a los productores adaptarse a las mejores prácticas de esta época. "La asociación ofrece a los agricultores un sinfín de orientaciones a través de una red de expertos, lo cual es necesario con un cultivo tan especializado".
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André Schoeman
Laughing Waters
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