La campaña de pitahaya ecuatoriana cierra el año en un contexto desafiante, marcado por una desaceleración del consumo, una mayor oferta y una fuerte volatilidad de precios. Para Sergio Intriago, CEO de Exposour, se trata de un punto de inflexión para la industria que obliga a replantear estrategias y fortalecer la planificación a lo largo de toda la cadena.
"Es un escenario complejo, sin precedentes recientes", señala Intriago. "La combinación de una contracción del consumo, una oferta que superó la capacidad de absorción del mercado y precios altamente volátiles ha puesto presión sobre productores, exportadores y distribuidores. Pero también nos deja aprendizajes claros".
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Estados Unidos, que concentra más del 85% de la pitahaya ecuatoriana, ha sido el principal reflejo de esta situación. La saturación temporal del mercado generó acumulación de fruta y ajustes de precios que impactaron los retornos en origen. Sin embargo, Intriago subraya que este comportamiento responde a dinámicas conocidas del mercado y a la rapidez con la que hoy circula la información comercial.
A inicios de año, las fuertes lluvias redujeron de manera significativa la oferta exportable entre abril y junio, impulsando los precios a niveles históricamente altos. "Llegamos a ver fruta pagada a cinco dólares el kilo. Esa señal de precios generó una reacción inmediata, cuando la producción se normalizó, los mercados anticiparon volúmenes altos y ajustaron su ritmo de compra", recuerda.
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"El mercado hoy es extremadamente sensible a la información", explica Intriago. "Cuando percibe que va a recibir grandes volúmenes, modera el consumo de forma automática. Esto no es exclusivo de la pitahaya; es una dinámica común en mercados frescos globales".
Europa, aunque ofrece precios ligeramente superiores, sigue referenciándose en gran medida al mercado estadounidense. A esto se suma el alto costo del flete aéreo, que limita su capacidad de absorber mayores volúmenes y mantiene a la región como un mercado complementario más que principal.
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Desde la perspectiva de Exposour, el escenario actual está generando cambios estructurales positivos. "Los compradores están priorizando una mejor planificación, reduciendo riesgos y exigiendo mayores estándares de trazabilidad y seguridad alimentaria. Hoy te piden volúmenes más precisos, fruta bien definida y cumplimiento riguroso. Es un proceso que ordena la cadena", afirma Intriago.
También se observan ajustes en las preferencias del consumidor, especialmente en Estados Unidos, donde aumenta la demanda de fruta de mayor calibre, un factor que influye directamente en la planificación productiva en origen.
A nivel competitivo, Ecuador enfrenta un entorno más dinámico, con países como Perú, Guatemala, México y la producción estacional de Florida ampliando su presencia. Para Intriago, esto refuerza la necesidad de coordinación y diferenciación: "La competencia nos obliga a ser más estratégicos, más eficientes y más consistentes".
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En ese contexto, el CEO de Exposour plantea dos ejes clave para la estabilidad del mercado: "una gestión más ordenada de los volúmenes exportados y una mayor disciplina en la formación de precios. Evitar extremos —pasar de precios muy altos a niveles insostenibles— es fundamental para proteger a toda la cadena", explica.
Hacia el futuro, Intriago considera que la recuperación dependerá principalmente de la gestión de la oferta. Si los volúmenes se ajustan a la capacidad real del mercado, podrían observarse señales de mejora desde enero. "Este es un momento de ajuste, no de retroceso. La pitahaya ecuatoriana sigue teniendo un enorme potencial, pero requiere planificación, coordinación y visión de largo plazo".
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Sergio Intriago
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Ecuador
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