El pasado martes, el Parlamento de Escocia expresó su desaprobación por el "brexit" con 90 votos en contra y 34 a favor de activar el Artículo 50 del Tratado de Lisboa, una votación que tuvo lugar después de que el Tribunal Supremo de Reino Unido dictaminara que el Parlamento británico debía votar para iniciar el proceso de abandono de la UE.
A pesar de que esta decisión del Tribunal Supremo parecía un paso en la dirección correcta, también concluyó que no existe ninguna obligación legal de consultar a Escocia, Gales o Irlanda del Norte para iniciar el proceso, lo que ha provocado que estos miembros del Reino Unido sientan que carecen de voz en el asunto.
"Esta votación no solo es algo simbólico, sino que sirve para comprobar si se está prestando atención a la voz de Escocia y si nuestros deseos tienen cabida en el proceso de Reino Unido", declara la ministra principal de Escocia, Nicola Sturgeon.
Aunque esta votación no era vinculante, ha servido para demostrar la posición de Escocia al respecto y podría sentar las bases de un segundo referéndum sobre la independencia escocesa.
Fuente: dw.com