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Un productor neozelandés quiere vender los aguacates que se han caído a causa del viento debido a la escasez
Una pregunta que ha estado molestando durante algún tiempo al productor de aguacates de Katikati, Kim Crocker, es por qué no le está permitido vender aguacates de sus huertos que se han caído a causa del viento. Dice que están perfectamente bien y que él y su familia, incluyendo el perro, los han estado comiendo durante años.
Kim Crocker se vio obligado a eliminar 20.000 aguacates “perfectamente comestibles” que se habían caído al suelo a causa del viento durante los últimos fuertes vendavales. Con una más que creciente demanda de esta fruta, la escasez de oferta y los informes de los precios de los aguacates, vendiéndose a 7,49 $ cada uno este mes, Crocker está preocupado por lo que él considera una gran pérdida.
Lo que más le fastidia es que hay muy pocos aguacates que se vendan en Nueva Zelanda por el momento a pesar de lo que él considera una oferta abundante. Las estanterías de los supermercados están a menudo vacías y cuando están en el almacén se pueden vender por más de 6 $ cada uno.
Esto está relacionado con el requisito de la “materia seca” con la que los aguacates tienen que cumplir legalmente antes de poder venderse. Esto hace referencia a la madurez de la fruta, en especial, al contenido de aceite que le da al aguacate su óptimo sabor a veces tan característico y su textura cremosa. Los aguacates con menor materia seca tienen mayor contenido de agua y menos sabor.
“Mi problema es que creo que se pueden comer, incluso, yo los regalaría. Se los podríamos dar a las organizaciones benéficas…incluso se los podríamos dar a los pobres”, dijo.
Y así fue, no tuvo más remedio que darle aguacate a los cerdos o incluso cortarlos y tirarlos en el suelo entre sus árboles.