¡Suscríbase a nuestra newsletter y manténgase al día con las últimas noticias!

Suscribirse Ya soy suscriptor

Está usted usando un software que bloquea nuestros anuncios.

Ya que publicamos noticias gratuitamente, dependemos de los ingresos de nuestros banners. Por favor, le rogamos que desactive su bloqueador de anuncios y recargue la página para poder seguir visitando esta web.
¡Gracias!

Haga clic aquí para leer la guía de cómo desactivar su bloqueador de anuncios.

Sign up for our daily Newsletter and stay up to date with all the latest news!

Suscripción I am already a subscriber

Conversión de residuos vegetales en una fibra 100% biodegradable y compostable

Arancha Yáñez, una diseñadora de producto con una profunda pasión por el buceo, se percató de la creciente contaminación por plásticos en los océanos. Esta preocupación la llevó a investigar durante siete años alternativas sostenibles que pudieran mitigar este problema. Su búsqueda culminó con el descubrimiento de los residuos vegetales como materia prima ideal para su proyecto, ofreciendo una solución dual: reducir el uso de plásticos y proporcionar a la industria alimentaria una manera eficiente de gestionar sus subproductos.

En 2016, Yáñez transformó sus hallazgos en una realidad empresarial con la creación de Feltwood, una start-up aragonesa. Esta empresa ha desarrollado una tecnología capaz de convertir residuos vegetales, como lechugas, tomates, brócolis o naranjas, en una fibra vegetal 100% biodegradable y compostable, denominada Ecoes. Este ecomaterial, libre de aditivos y químicos, posee características comparables a las del plástico y la madera en términos de rigidez, además de tener una apariencia similar al cartón y ser resistente al agua. La fibra Ecoes puede emplearse por sí sola o combinada con celulosa, ofreciendo a la industria del embalaje una alternativa con propiedades mejoradas de fuerza, resistencia y rigidez.

La empresa destaca la versatilidad y el potencial ecológico de Ecoes, señalando que, al ser desechado en el agua, se convierte en alimento para peces, mientras que, si se entierra, nutre a las plantas. Además, este material puede soportar más de una docena de ciclos de reciclaje, lo cual subraya su compromiso con la sostenibilidad y la innovación en la lucha contra la contaminación por plásticos.

Fuente: heraldo.es

Fecha de publicación: