Este año, las arcas del Estado holandés dejan de ingresar unos 107 millones de euros por la diferencia que existe entre las empresas y los hogares en cuanto al gravamen sobre el uso de agua potable. A pesar de que consumen millones de metros cúbicos de agua potable, empresas como Heineken y DSM apenas pagan 126 euros de impuestos al año. Gran parte del Congreso de los Diputados holandés está en favor de cambiar la ley, de acuerdo con la agencia de noticias RTL Nieuws.
Y es que el importe de 126 euros es actualmente la cantidad máxima que cualquiera, hogar o gran consumidor, paga este año como impuesto sobre el agua de grifo. Por cada metro cúbico de agua, que son 1.000 litros, se paga 0,42 € a la empresa de suministro. El pago del impuesto se limita a la cantidad de 300 metros cúbicos de agua.
De los ingresos totales por impuestos sobre el uso de agua potable, cifrados en 309 millones de euros, los hogares aportan 287 millones de euros, asumiendo que prácticamente ningún hogar supera el límite de 300.000 litros.
Las empresas solo pagan 22 millones de euros, cifra que representa algo más del 7% del total de los ingresos.