"Muchos expedidores se esfuerzan por conocer cuánto producto hay en los campos y de qué calidad", dice Adam Wolf, de Arable. "Tener acceso a datos precisos es la clave", añade. Si un expedidor tiene demasiado producto, no puede venderlo al precio correcto. Por otro lado, si no se tiene la oferta suficiente, el comprador queda decepcionado. Para satisfacer las necesidades del comprador, los expedidores en ocasiones tienen que comprar a otro proveedor en el último momento, lo cual puede resultar muy caro.
"A menudo, los expedidores no son productores, pero reciben permiso del productor para enviar a alguien a los campos a tomar pequeñas muestras y a hacer mediciones en distintas partes del campo", continúa Wolf. Por lo general, los datos se recopilan un mes antes del envío y los contratos se firman tres semanas antes del envío. "Este método se lleva utilizando durante décadas, pero las estimaciones suelen ser imprecisas, en ocasiones en un 20-50%", asegura.
El coste de las estimaciones imprecisas
Las estimaciones del sector de la banana suelen ser las más precisas, con un margen del 5%. Las de la sandía tienen una precisión de en torno al 50% y solo del 20% en el caso de las fresas. En la mayoría de los casos, son los empleados quienes ponen en común les estimaciones. "Tan solo en el sector de la fresa, las estimaciones imprecisas provocan un problema de 500 millones de dólares en Estados Unidos", apunta Wolf.
Dispositivo de pronóstico
"Siempre me han interesado los modelos de optimización. ¿Cómo generar el máximo beneficio posible corriendo el mínimo riesgo? En 2010, empezamos a inventar un dispositivo que recopila datos de salud vegetal, microclima y tipos de suelo directamente relacionados con el rendimiento, la calidad, el momento de cosecha y la perecibilidad del producto", menciona Wolf. "Jamás ha habido un sistema que combine todos los factores". El resultado es un disco de unos 18 centímetros de ancho que se coloca en el campo. "Es una estación vegetal, en oposición a una estación meteorológica", dice Wolf. "El dispositivo, llamado Arable Mark, es resistente y aguanta cualquier circunstancia. Es muy flexible en cuanto al lugar de colocación", asegura.
La mayor parte de la I+D se ha destinado a las fresas y los errores se han reducido a un 5%. Además de fresas, se está investigando en las categorías de lechuga, uva de mesa, hortalizas de hoja y fruta de hueso.
Económico
Arable le ha asignado un precio asequible a su dispositivo. Cuesta 650 dólares, con una suscripción mensual que partirá de 40 dólares. La empresa se planteó la internacionalización durante el proceso de invención y ha desarrollado un sistema unificado para todo el mundo. Fuera de Estados Unidos, Arable ha mantenido conversaciones con un gran productor de lechuga europeo, por ejemplo. La empresa vende producto por valor de 300 millones de dólares y tiene una cuota de mercado del 90% en su país de origen, con una producción dividida entre Reino Unido y España. "Para una empresa como esta, es indispensable contar con un sistema de pronóstico fiable para datos de producción y calidad", destaca Wolf.
Arable estará presente en United Fresh, Chicago, en el puesto FTZ23, donde ofrecerá más información.
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Adam Wolf
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