La patata es una de las hortalizas más consumidas y su mercado se centra en algunas variedades muy conocidas, pero hay mucho más. Galicia produce patata Kennebec, conocida como cachelo gallego, Agria o Fina de Carballo, entre otras, pero con unos rasgos especiales debidos a la tierra y el clima. El cachelo gallego, reconocible por su interior blanco, es un producto poco conocido a nivel internacional con unas características que lo hacen único.
"La patata gallega empieza a recolectarse entre septiembre y octubre, se cultiva en tierras ricas en minerales con un clima que hace de estas variedades algo especial. Nosotros estamos especializados en Kennebec y Agria, ambas se pueden usar para cocer o freír. En el caso de Kennebec, es una patata blanca por dentro que prefieren para cocer; en cuanto a la Agria, amarilla, la prefieren para freír ya que queda crujiente por fuera y cocida por dentro", señala Antonia Calvo, gerente de A Casa da Pataca.
© A Casa da Pataca
"Nuestra Kennebec gana muchos de los concursos culinarios de Galicia. La hostelería prefiere la patata Agria, pero el campeonato de tortilla de patatas se gana con nuestra Kennebec gallega a principios de octubre en Alicante. A parte de eso, la Kennebec sobre todo se usa en las casas, porque es muy buena para cocer", comenta Calvo.
"Este año hemos sembrado muy tarde, normalmente deberíamos terminar el proceso en mayo y hemos acabado a finales de junio, porque llovía mucho", dice la responsable. "Eso significa que recolectaremos en noviembre con lluvias otra vez y tendremos que estar muy atentos a la temporada. Para pequeñas y medianas empresas es difícil mantenerse, la presión de las grandes empresas de patata se nota mucho", añade.
"En octubre recolectaremos y almacenaremos hasta abril; depende del tiempo, podemos llegar hasta mayo. Realmente vemos como una amenaza al sector la restricción de tratamientos porque las plagas van a más, las producciones a menos y los costes se elevan, con lo cual también el precio al consumidor", lamenta la responsable.
A Casa da Pataca produce 200 hectáreas de patata, cebolla y cereales. Es necesario rotar el cultivo de patata con el de cereal ya que de cada cuatro años solo uno se puede cultivar el tubérculo.
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"Cultivamos bajo el sello de la IXP Indicació Xeográfica Protegida, lo que nos aporta una calidad extra. Hay años que llegamos a 1,5 millones de kilos dependiendo de las lluvias y las plagas", explica Calvo. "Ahora servimos al territorio nacional y estamos viendo posibilidades de relación comercial con Europa", apunta.
"Mucho del trabajo se hace a mano con la patata temprana porque la piel es muy fina. Es una dificultad para las empresas medianas ya que el coste de mano de obra es muy elevado", comenta Calvo.
© A Casa da Pataca
"La patata gallega tendría muy buena aceptación en Europa, pero aún es poco conocida. Una de las características que la identifican es que no se puede lavar, tiene esa imagen rústica, con tierra, que debe entenderse", señala Calvo.
Por otro lado, "mientras todavía tenemos producción nacional se importan las patatas de terceros países, que no encuentran restricciones ningunas a los tratamientos y su coste de mano de obra es muy bajo. Coinciden en el mercado con la patata nacional y no podemos competir en precio. Hace falta más apoyo de la Administración pública o, al menos, que faciliten el camino y no se pongan trabas", subraya la responsable.
La gerente Antonia Calvo ganó el II Premio Nacional de productora de patatas organizado por la revista Campo. "Este premio pone en valor nuestra producción de A Limia, que trabajamos el Kilómetro 0 y fomentamos el consumo de barrio", finaliza la responsable.
Para más información:
Antonia Calvo
Gerente
A Casa da Pataca
M.: +34 617 31 52 98
[email protected]
www.acasadapataca.es