La principal producción agrícola de la comarca de A Limia afronta una de sus campañas más difíciles tras haber sembrado este año en medio de lo que los productores califican como "la tormenta perfecta". Las intensas lluvias de primavera inundaron gran parte de las fincas y retrasaron la plantación, especialmente en los terrenos que ocupaba la antigua Lagoa de Antela, donde el agua tardó más en desaguar y el acceso a las parcelas se demoró hasta finales de mayo e incluso junio.
A este retraso se sumaron las altas temperaturas del verano, que superaron los 40 grados, afectando al desarrollo de los brotes y reduciendo en más de un 60% el número de tubérculos. El resultado ha sido un crecimiento desigual dentro de las mismas fincas, donde hoy conviven plantas maduras con otras todavía en floración.
En las zonas situadas fuera del antiguo humedal, la recogida ya ha comenzado.
Según las estimaciones del sector, más del 75% del terreno cultivado sigue pendiente de recogida, en una fase de campaña marcada por la incertidumbre. El principal problema radica en el crecimiento desigual y las diferencias en la maduración.
El estado del suelo es otro factor clave. La falta de lluvias en los últimos meses ha dejado la tierra muy seca, mientras que la patata aún no ha desarrollado una piel lo bastante gruesa para resistir la recolección sin daños, lo que podría comprometer su conservación. Los agricultores coinciden en que harían falta lluvias moderadas que refresquen la tierra y permitan completar el ciclo de maduración.
El director técnico del Inorde, Servando Álvarez, señala que los resultados finales aún son inciertos: las primeras fincas sembradas "en tiempo y forma" presentan rendimientos normales, pero el 75% restante "sufrió las consecuencias de la tormenta perfecta", con reducción de brotes y falta de maduración.
"Muchas parcelas aún están verdes, calculo que la recolección comenzará alrededor del 15 de octubre, y si empieza a llover en esas fechas es cuando la situación puede complicarse", advierte Álvarez. Los productores se enfrentan a una difícil decisión: "La duda es si las recojo ya, y me aseguro de que voy a tener problemas en el almacén, o espero y me arriesgo a que alguna se vaya de calibre por arriba o empiece a llover y no pueda recogerlas", explica.
"Si se cumplen las previsiones y se mantiene un otoño seco, no habría problema, pero cada vez menos los patrones climáticos se corresponden con los históricos, así que habrá que ver cuándo empieza la temporada húmeda, si empieza a mediados de octubre, tendremos un problema", concluye.
Las dificultades afectan sobre todo a las patatas destinadas a la industria, ya que las parcelas de mejor calidad se reservan a la Indicación Xeográfica Protexida (IXP) Pataca de Galicia, dominada por la variedad Kennebec.
Fuente: laregion.es