"Cuando una puerta se cierra, una ventana se abre". Así resume Wim Waterman, de la empresa Waterman Onions, la situación actual del mercado holandés de la cebolla. "De hecho, vemos cómo algunos productores están echando el cierre, mientras que otros reactivan su actividad con lotes a los que, por diversas razones, necesitan dar salida", realata.
Según las estadísticas de exportación de la organización sectorial GroentenFruit Huis y la oficina de control de calidad KCB, las exportaciones acumuladas en la campaña 2025/26, hasta la semana 38, alcanzan las 329.978 toneladas, lo que representa un incremento del 28% respecto al mismo periodo del año anterior. "Muchos agricultores están guardando sus cebollas almacenadas en estos momentos, esperando a que el precio suba. Esa subida, sin embargo, no llega, puesto que otros productores siguen soltando volúmenes", comenta Waterman.
© Waterman OnionsErik y Wim Waterman
Aun así, la posición de partida para la exportación es positiva. "La demanda está bien diversificada en cuanto a destinos, no son solo el Reino Unido y Senegal que están absorbiendo las cebollas holandesas. Además, desde el punto de vista logístico, no estamos encontrando barreras", apunta.
La cosecha ya está prácticamente finalizada. La calidad este año es bastante dispar, aunque en general aceptable. "Lo que sí venimos notando en los últimos años es un ligero aumento en el porcentaje de destrío. Eso podría estar relacionado con la entrada de nuevos agricultores en el sector y la cantidad de parcelas que han sufrido inundaciones", señala Waterman.
La comercialización de cebolla roja presenta aún más complicaciones que la amarilla. "Con la roja, el reto está en encontrar oportunidades de exportación. Para calibres superiores al 60-80 no hay gran problema, pero también hay que dar salida a los tamaños más pequeños, y en general las cebollas este año no han crecido demasiado. Todavía no tengo del todo claro cuál ha sido el impacto del aumento de superficie dedicada a la cebolla roja. A pesar de que los precios están por debajo de los del año pasado, siguen siendo más altos que los de la cebolla amarilla", manifiesta.
La situación de la cebolla ecológica tampoco es sencilla. "El mercado ecológico siempre se comporta de forma más extrema, tanto para bien como para mal", concluye Waterman.
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Wim Waterman
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