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Especial Surinam - Parte 11

La piña ecológica de Surinam se prepara para el mercado internacional

A una hora de Paramaribo, en el distrito de Pará, entre el bosque secundario y tierras de sabana, pequeños productores indígenas están liderando un silencioso renacer: el cultivo ecológico de piña. Lo que comenzó como producción modesta para el autoconsumo, hoy se transforma en un ambicioso proyecto comercial bajo el ala de las Naciones Unidas. "No vendemos solo una fruta", afirma Swami Girdhari, coordinador del proyecto ASTA. "Vendemos una historia".

© Pieter Boekhout | FreshPlaza.esSwami Girdhari (coordinador del proyecto), Nisha Goeptar (agrónoma asociada al proyecto), y Cyrell Sabayo (productor de piña en cuya propiedad se ha establecido un campo de ensayo).

Fue en 2022 cuando se lanzó oficialmente el proyecto Agrifood Systems Transformation Accelerator en Surinam. Esta iniciativa piñera cuenta con el respaldo del gobierno surinamés y de organismos de la ONU como la FAO y la ONUDI, financiada con 2,2 millones de dólares provenientes del Fondo Conjunto de los ODS de las Naciones Unidas.

La primera etapa consistió en un análisis detallado de la cadena de valor del cultivo de piña en el país. Los resultados sorprendieron: el 95% de la producción se encuentra en manos de comunidades indígenas del distrito de Pará, donde el fruto ha sido cultivado de manera tradicional y hereditaria, generación tras generación. "Esa herencia agrícola es valiosa", comenta Nisha Goeptar, agrónoma del proyecto. "Pero si Surinam aspira a ser autosuficiente y, además, a exportar, será necesario ampliar tanto la superficie cultivada como el rendimiento por hectárea".

Visión 2030: ambición tropical con raíces locales
Junto con los agricultores se trazó una hoja de ruta: Visión 2030. La meta es que Surinam se convierta en un productor de piña ecológica de alta calidad, fresca y procesada, cumpliendo estándares internacionales. La estrategia se apoya en tres pilares fundamentales: el Centro de Innovación Hortícola (HIH por sus siglas en inglés), una cooperativa nacional de piñeros, y el Mecanismo de Garantía Colateral (CFF por sus siglas en inglés).

"El HIH es nuestro centro de transferencia de conocimientos, donde enseñamos técnicas agrícolas modernas pero realistas", explica Girdhari. "Por ejemplo, sustituimos el patrón de plantación cruzada tradicional por hileras, mucho más eficientes, y promovemos el uso adecuado de fertilizantes orgánicos".

© Pieter Boekhout | FreshPlaza.es
El proyecto es rigurosamente ecológico, por expreso deseo de los agricultores indígenas.

Pero producir con visión comercial implica más que buenas técnicas: se necesitan volumen y constancia. Por eso se está conformando una cooperativa que agrupe a los productores, fomente la colaboración y garantice un suministro continuo, tanto para el mercado nacional como para potenciales exportaciones al Caribe y, con algo de suerte, a Europa. "No escondemos nuestras aspiraciones: soñamos con estar presentes en la Fruit Logistica de Berlín", expresa Girdhari.

Uno de los principales escollos para los agricultores es el acceso a financiamiento. "Al cultivar en tierras comunales sin títulos de propiedad individuales, los agricultores no pueden ofrecerlas como garantía y así acceder a créditos para ampliar o profesionalizar su producción", detalla Girdhari. Aquí entra en juego el CFF, un mecanismo que actúa como aval en efectivo mientras el productor demuestre compromiso y superficie de cultivo. Esta herramienta fue lanzada en octubre pasado.

© Pieter Boekhout | FreshPlaza.es

Ciencia y saber campesino, mano a mano
En tres parcelas experimentales se están probando diferentes combinaciones de abonos en busca del equilibrio óptimo entre rendimiento y coste. "No todo lo que es agronómicamente ideal es viable económicamente", señala Goeptar con pragmatismo. "A veces toca elegir la solución menos perfecta, pero más accesible".

También se están realizando ensayos con inducción floral artificial: "Aplicamos una sustancia a los nueve meses de crecimiento para provocar la floración, adelantándonos al ciclo natural", explica la agrónoma. "Así logramos cosechas fuera de temporada, ya que de manera natural la floración no ocurre cuando las temperaturas bajan".

¿El resultado? Todo un éxito: "En nuestros campos piloto, la técnica funcionó al 100%. Esto nos permite ofrecer piña todo el año, cuando normalmente solo se cosecha entre abril y julio, y luego entre noviembre y diciembre", prosigue. Después de inducir la floración, se instalan mallas para proteger los cultivos de aves y del sol excesivo.

© Pieter Boekhout | FreshPlaza.esSurinam posee unas 15 variedades locales de piña. Pruebas de sabor a ciegas muestran que muchas de ellas superan en aroma y dulzura a la variedad MD2.

Todo ecológico, sin excepciones
El proyecto es rigurosamente ecológico, por expreso deseo de los agricultores indígenas. "Ellos nunca han usado químicos, y así queremos que siga", recalca Girdhari. Por ello, ya está en marcha el proceso para obtener las certificaciones ecológica y Rainforest Alliance. No porque el mercado local lo exija, sino con miras a futuras exportaciones.

Los desafíos son reales, especialmente en agricultura ecológica. "Las malas hierbas son un problema grave en climas tropicales", comenta Goeptar. "Estamos apostando por el uso de plástico acolchado como alternativa". La expansión de la superficie cultivable implica abrir espacios en terrenos invadidos por maleza, pero se han establecido reglas claras: nada de deforestar bosque primario, solo se podrá usar bosque secundario o antiguas zonas agrícolas ya cubiertas por vegetación.

Aunque se trabaja con productores pequeños —la meta es alcanzar 200 asociados para 2030—, se apunta a un producto homogéneo: frutas de entre 1,2 y 1,4 kg. Esto será posible gracias al control centralizado del material vegetal y estrictas directrices de cultivo.

Un consumidor con conciencia
Surinam posee unas 15 variedades locales de piña. Pruebas de sabor a ciegas muestran que muchas de ellas superan en aroma y dulzura a la variedad MD2, la más común en los mercados internacionales, generalmente importada de Costa Rica. Sin embargo, el precio de la piña surinamesa es más elevado.

"Apostamos por el consumidor consciente, especialmente en Europa: alguien dispuesto a pagar un poco más por un producto sostenible, con trazabilidad total, cultivado por comunidades indígenas en el corazón del Amazonas". Mediante un código QR, el comprador podrá saber exactamente de qué agricultor proviene su piña.

Para el mercado local, el hub tiene una ventaja: un margen legal de reventa del 25%. "Eso permite que el agricultor gane un poco más y, al mismo tiempo, que el consumidor pague menos que ahora, puesto que los intermediarios suelen duplicar el precio".

Más allá de la fruta fresca
Aunque el foco actual está en la piña fresca, ya se están desarrollando planes para diversificar el surtido de productos con jugos, almíbares e incluso fruta deshidratada. "En Europa se pagan hasta 5 euros por 100 gramos de piña seca. Eso es valor agregado", dice Girdhari.

Según Girdhari, la mayor barrera no es técnica ni financiera, sino emocional: recuperar la confianza de los agricultores. "Muchas veces, las comunidades indígenas han sido objeto de promesas incumplidas por parte de terceros. Eso explica su cautela ante cualquier nuevo proyecto". Pero él tiene claro el camino: "Al desarrollar el proyecto junto con ellos y al respetar sus estructuras comunitarias, el interés florece solo, sobre todo si pueden ver resultados tangibles en agricultores vecinos".

No obstante, no todo ha sido fácil. "Vamos con retraso, para ser sinceros", admite Girdhari. "Algunas circunstancias que se escapan a nuestro control han afectado al calendario. Pero no es grave. Mientras mantengamos el diálogo abierto, saldremos adelante".

El proyecto tiene vigencia hasta marzo de 2026, pero Girdhari lo deja claro: "Queremos ampliarlo. Apostamos por alcanzar la certificación, generar valor añadido y consolidar la independencia operativa de los tres pilares del proyecto, hasta que los productores y actores de la cadena puedan caminar por sí solos. Nuestro sueño es que Surinam se convierta en un actor clave en el mundo de la piña".

Para más información:
Swami Girdhari (gerente)
Nisha Goeptar (agrónoma)
Horticulture Innovation Hub
Margarethalaan 13
Paramaribo (Surinam)
Tel.: +597 8876966
[email protected]
www.horticulturehub.org

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Si te interesa saber más sobre el cultivo y el comercio en Surinam, puedes ponerte en contacto con Anilkumar Padarath, de la Cámara de Comercio e Industria: [email protected]

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