Como cada final de noviembre, las existencias de ajo nacional en Italia disminuyen y el mercado deja cada vez más espacio a los productos importados. Hasta la fecha, la tendencia comercial ha sido positiva, con precios más que aceptables tanto para la producción como para la distribución. "En estas semanas también está finalizando la siembra. En el sur estamos casi al final y, si el tiempo lo permite, en el norte también deberíamos terminar a finales de año. Las cantidades serán acordes a las del año pasado", afirma Antonio Tuccillo, director de Agrimpex Farming, empresa radicada en Campania.
© Agrimpex FarmingAjo procesado en los almacenes de la empresa.
La dinámica de los precios, sin embargo, se ha visto muy afectada por la situación internacional. "En verano, al inicio de la campaña, los niveles de precios estuvieron condicionados por el mercado español, que impuso cotizaciones elevadas debido a la menor producción nacional. Esto favoreció la entrada en el mercado de ajos procedentes de otros países productores, como China, Turquía y, especialmente, Egipto, que registraron un aumento exponencial de las ventas en toda Europa —incluidas Italia y España—, hasta el punto de que algunos almacenes aún disponen de cantidades para su distribución".
España, en concreto, ha vivido un escenario especialmente complejo. "La entrada masiva de ajo egipcio creó un punto muerto para el producto español, que, al ser más caro, permanecía en stock mientras que el ajo egipcio, aunque de menor calidad, ganaba espacio en el canal de la gran distribución", señala Tuccillo. Una situación paradójica para el primer productor europeo, que tradicionalmente también exporta a mercados extracomunitarios. "Este año, las exportaciones españolas se han desplomado y las cantidades, que eran escasas al principio de la campaña, ahora son abundantes debido a la falta de ventas".
© Agrimpex FarmingAjo argentino.
Y el escenario mundial parece que se complicará aún más con la inminente llegada de la oferta del hemisferio sur. "Argentina y Chile han dominado históricamente el mercado, pero Perú está emergiendo ahora como un proveedor fiable de productos de alta calidad para el mercado europeo", explica Tuccillo. "Normalmente, las expectativas de precios de estos orígenes nunca han sido motivo de preocupación, porque siempre han sido superiores a los de Europa o Estados Unidos. Sin embargo, este año, el acuerdo comercial entre Brasil y China ha permitido que las exportaciones chinas de ajo sean mucho más competitivas, lo cual ha provocado una drástica caída de los precios en el mercado brasileño y causado graves perjuicios a los productores nacionales, así como a los de Argentina y de todo el hemisferio sur".
Como consecuencia, "Argentina se vio obligada a abrir sus primeros contratos de exportación a precios muy bajos, comparables a los de China". Una espiral que también se constata en Europa. "España, ya debilitada por la caída de las ventas, tuvo que bajar aún más los precios para poder colocar el producto nacional antes de la llegada de los volúmenes sudamericanos".
© Agrimpex Farming
Ajo argentino.
Una situación que, para Tuccillo, abre profundos interrogantes sobre el futuro del sector. "Los problemas derivados de la situación actual nos hacen reflexionar sobre la posibilidad de solicitar la intervención de las autoridades administrativas de la UE, con el fin de evitar el colapso del mercado y de los rendimientos de todo el sector productivo. Pero, por otro lado, cabe preguntarse si los países con economías en dificultades tienen la posibilidad de producir bienes que puedan crear empleo local y frenar la emigración. Los cambios geopolíticos que se están produciendo y el abandono ya evidente de la política de globalización nos llevarían a reclamar un endurecimiento de las importaciones y una mayor defensa de nuestra producción agrícola. Pero, ¿estaríamos en lo cierto?", concluye el empresario.
Para más información:
agrimpexfarming.es